Maite Lanzán: "Un estilo de vida favorable ayuda a tener una buena salud mental"

La psiquiatra Maite Lanzán, nacida en 1968, es directora del Hospital Psiquiátrico de Zaragoza, un cargo que aceptó como un reto profesional.

Maite Lanzán, en el Hospital Psiquiátrico de Zaragoza.
Maite Lanzán, en el Hospital Psiquiátrico de Zaragoza.
Oliver Duch

¿Cómo se llega a ser directora del Psiquiátrico?

Es un puesto circunstancial y temporal. Soy psiquiatra con vocación de médico. Estudié Medicina y vi que la psicología y la psiquiatría tenían una humanidad extra, que entraban en las circunstancias de las personas. Quería ayudar a los demás.

¿Qué tipo de pacientes acuden a ustedes?

Lo común son personas con cuadros de ansiedad y depresión. El 20% de la población ha podido tener cuadros depresivos. También acuden personas con circunstancias adversas, con repercusión emocional, pero no con cuadros de ansiedad o de depresión. Algunos solo piden ayuda.

¿Cómo se puede tener una buena salud mental?

Con un estilo de vida y unas circunstancias favorables. Hay factores biológicos y externos, como un buen apoyo social. Un nivel socioeconómico alto influye. La pobreza es un factor de riesgo.

¿En qué influye la educación?

En cómo afrontas las circunstancias, en cómo la persona se ve a sí misma, en la autoestima o en cómo ve que puede resolver los problemas. Eso sí, la educación no modula la parte genética.

¿Cómo es la vida de una persona con depresión?

Un calvario. Cree que no es capaz de nada, tiene sensación de fracaso, de incapacidad de afrontar ningún problema, la desesperanza de que no hay solución y, a menudo, ideas de suicidio.

Si un enfermo mental comete un crimen, ¿potenciaría una mayor labor psiquiátrica en la cárcel o, incluso, que estas personas fuesen a otro centro?

No hay estadísticas que digan que los enfermos mentales cometen más crímenes. Si el crimen lo ha cometido en base a su enfermedad mental, en teoría, el sistema penitenciario no lo condena, le impone medidas de seguridad porque lo considera inimputable. Una persona que comete un crimen fuera de su enfermedad mental tiene que pasar por el sistema penitenciario. Sin eximir su responsabilidad, pero recibiendo el mejor programa posible para su enfermedad.

¿Qué puede llevar a una persona a acabar con su vida?

Múltiples causas. Hay factores de riesgo, como ser varón, mayor de 64 años o menor de 19, que sufra abusos, con una enfermedad mental, una enfermedad grave o bajo apoyo... Después, el estado mental: el estado de ánimo, la ansiedad... Por último, sus circunstancias vitales: si está en paro, divorciado, si ha perdido a un ser querido… Estos factores hay que explorarlos. Son fundamentales. Verlo todo mal lleva a ideas de suicidio y suicidios consumados.

¿Se pueden prevenir?

Hay veces que los profesionales y el entorno conocen si alguien tiene ideas suicidas. Hay mitos como "el que se suicida no lo dice" o "el que lo dice no lo hace". 9 de cada 10 lo dijeron antes. El que lo dice lo hace. El suicidio es una salida desesperada, la no salida. Cuando lo dicen, buscan salidas. Prevenir al 100% es imposible, pero se podría bajar la cifra.

¿Cómo lo deberían tratar los medios?

Con mucha sensibilidad. No es la publicación del suicidio lo que produce el efecto llamada, sino un tratamiento sensacionalista. Dar muchos datos o solo una causa, cuando siempre hay muchas, es peligroso. No puede decirse "se tiró por la ventana porque lo desahuciaron". Hay muchos desahucios y no se tiran todos por la ventana. Simplificar y dar datos morbosos tiene consecuencias. Hay que dar la información justa y decir que hay otra salida.

¿Cuál es la situación más difícil a la que se ha enfrentado?

Para un médico, lo más duro es que muera un paciente. Si es por suicidio, más. Si además eres psiquiatra y es una persona querida a la que has tratado tú, el dolor te hace temblar las piernas y tus pilares profesionales. La psiquiatría es muy bonita, pero muy dura.

¿Cómo se recuperan de eso?

Con una visión positiva. Conociendo que no somos infalibles. Sabiendo que se resuelven muchas cosas y que has aprendido a resolver más problemas. Queriendo superarte. De las grandes adversidades sales más fuerte.

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