Verde color inclusión

Plena Inclusión Aragón ha reunido este jueves a un equipo de voluntarios que han pintado varias cajas de cartón que viajarán a Madrid en un homenaje a la familia.

Voluntario de Plena Inclusión Aragón.
Voluntario de Plena Inclusión Aragón.
Camino Ivars

Siempre se ha relacionado al verde con el color de la esperanza. Y en este caso, en la sede de Plena Inclusión Aragón, cuya entidad se identifica con el mismo color, han decidido hacer suyo este lema y alzar sus pinceles, brochas y rodillos a favor de la inclusión y en reconocimiento al importante papel de las familias, de una forma muy creativa.

Este jueves, a pesar del calor y de ser “malas fechas”, cuando todavía quedaban unos minutos para las 17.00, llegaban los primeros voluntarios con discapacidad intelectual hasta la sede de la asociación, ubicada en el zaragozano barrio del Actur. ¿El objetivo? Pintar de verde medio centenar de cajas de cartón que viajarán el próximo mes de octubre hasta el  Encuentro Estatal de Familias que se celebrará en Madrid.

Al entrar a la sala de actividades de la sede, un puñado de hojas de periódico hacía las veces de protector del suelo de la estancia, sobre la que varios voluntarios se afanaban en pintar las cajas de cartón en diferentes tonos de verde. Sobre una pizarra, al fondo de la habitación, algunos de ellos se paraban a reflexionar acerca de lo que su familia significa para ellos: “para mí es muy importante, mi familia me da cariño y respeto”, “tengo el apoyo de mi madre y de toda la familia y me siento feliz porque me comprenden y les comprendo”.

“Para mí, mi familia es mi apoyo y mi felicidad, porque me siento protegido por ellos y por mis monitores que me ayudan a mejorar día a día”, explicaba Jesús Saz, voluntario de Plena Inclusión y miembro de la Fundación Ser Más. Como él, varios voluntarios se esmeraban en pintar sus pequeñas obras de arte, entre participantes de la Fundación Virgen del Pueyo (Villamayor), de Fundación Benito Ardid, y usuarios de Plena Inclusión Aragón entre otros.

Llegados desde la Fundación José Luis Zazurca se encontraban Fernando Gimeno, Lourdes Puente, Sergio Tabuenca y Paula Navarro, acompañados por Desiderio Villarroya, coordinador de la residencia de la fundación ubicada en Valdespartera. “Para mí este tipo de actividades supone pasarlo bien y conocer gente nueva”, explica Gimeno, quien asegura que para él, la familia lo es lo primero: “No sé qué si haría sin ella, siempre que necesito algo me ayudan. Cuando se me rompen las gafas o cuando necesito algo de ropa. Ya era hora de que se reconociese su importancia”.

Y es que estas cajas tienen todavía un largo camino por delante. “La idea es crear un enorme muro con cajas verdes llegadas de distintos puntos de España, como una metáfora de las barreras que tenemos que superar cada día quienes convivimos con esta realidad”, explica Santiago Villanueva, presidente de Plena Inclusión Aragón.

El siguiente paso, que se desarrollará a lo largo del mes de septiembre tanto en Zaragoza, como en Huesca y en Teruel, consistirá en seleccionar una serie de frases y reflexiones de los integrantes de estas familias que se plasmarán, a su vez, sobre estas cajas. “Estamparemos nuestras manos y las reivindicaciones recogidas entre los mensajes que nos hayan hecho llegar las familias”, explica Villanueva, quien señala que son las grandes olvidadas en el ámbito de la discapacidad intelectual.

La organización Plena Inclusión nacería en el año 1964 con el objetivo de unir y representar a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en España, defendiendo los derechos a una vida digna tanto para las personas con discapacidad como para sus familias. “A lo largo de la vida te enfrentas a una serie de necesidades que muchas veces no sabes cómo cubrir, y no solamente económicas”, reivindica Villanueva.

Y es que, en su opinión, las necesidades emocionales ocuparán, sin lugar a dudas, buena parte del espacio de este muro. “Cuando te enfrentas a una situación de estas características muchas veces te invade la impotencia y no sabes cómo reaccionar”, asegura el presidente y padre de una persona con discapacidad intelectual.

Las necesidades cambian

“Los problemas van cambiando a lo largo del ciclo vital y dependen del lugar en el que nos encontramos, de las condiciones económicas, de la familia… de muchos factores externos”, asevera. Del otro lado, también se encuentran las necesidades de asesoramiento e información a la hora de enfrentarse a las diferentes etapas de escolarización o cuando llega el momento de elegir un centro ocupacional o acceder al mercado laboral; sin dejar de lado la integración: “Seguimos trabajando diariamente en la sensibilización de la sociedad para favorecer la inclusión y la conciliación con el entorno”.

Finalmente, Villanueva asegura que todavía hace falta mucho por hacer a la hora de facilitar los materiales y recursos necesarios a las familias, “que hacen un sobreesfuerzo económico, situación que se agrava, por ejemplo, en las zonas rurales”, resume. Un trabajo, destaca, que atañe a la sociedad en general, desde las instituciones, hasta las asociaciones y los propios ciudadanos.

Por eso, y como la unión hace la fuerza, todas las familias de personas con discapacidad intelectual de España unirán sus reivindicaciones y luchas en un enorme muro de cajas verdes, que derribarán el próximo 21 de octubre en Madrid: “La idea es acabar con las barreras y construir un nuevo camino hacia la inclusión todos juntos”.

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