"Los niños que dedican demasiado tiempo a la tecnología tienen mayores niveles de depresión"

Amanda Clinton, directora ejecutiva de Asuntos Internacionales de la Asociación Americana de Psicología, ha visitado la sede del Colegio Profesional de Psicología de Aragón.

Amanda Clinton, durante su visita a Zaragoza.
Amanda Clinton, durante su visita a Zaragoza.
Oliver Duch

La estadounidense Amanda Clinton, directora ejecutiva de Asuntos Internacionales de la Asociación Americana de Psicología (APA), ha visitado este martes la sede del Colegio Profesional de Psicología de Aragón (COPPA) donde ha impartido la conferencia ‘Tendencias y desafíos de la Psicología en Estados Unidos’.

En la actualidad, la APA es la principal asociación de psicología de Estados Unidos, una organización fundada hace 125 años y que aglutina a más de 116.000 profesionales de todo el mundo. “Nuestro objetivo es apoyar y defender a los profesionales del ámbito de la psicología independientemente de donde se encuentren, porque entendemos que tenemos mucho que hacer para beneficio de la sociedad y para contribuir a mejorar las vidas de los seres humanos”, explica Clinton.

La violencia, la educación, la inmigración, las adicciones y la depresión o la ansiedad son, sin duda, algunos de los grandes retos a los que se enfrentan los profesionales de distintos ámbitos de las ciencias sociales en la actualidad. En Estados Unidos son problemas habituales en su día a día. “Existen numerosos estudios que demuestran el peso que esta ciencia tiene en nuestros comportamientos. Sin embargo, se la desprestigia como si no tuviera el mismo peso que otras ramas”, reivindica la experta, que asegura que esto supone un freno para la profesión en todo el mundo.

Otro lugar común con la profesión en España es el estigma que rodea al ámbito de la salud mental, un fenómeno que se produce a ambos lados del charco: “Es cierto que en EE. UU. cada vez se reconoce más el poder de la terapia y de los tratamientos cognitivos del comportamiento. La psicología estudia el trauma y su impacto en los seres humanos, y eso puede aplicarse a problemas migratorios, conflictos como el problema con los refugiados, los derechos humanos…”

Los dos diagnósticos principales que se dan en Estados Unidos en la actualidad son la depresión y la ansiedad, algo que preocupa a los integrantes de la APA notablemente. “Cada vez se detectan casos de personas más jóvenes que viven situaciones de auténtica presión por el estudio, el estrés al que están sometidos”, afirma.

Por otro lado, asegura que, como ocurre en muchos países de Europa, en muchos casos se recurre a la medicación en casos en los que podría caber otro tipo de terapia. Según los datos que maneja la APA, en la actualidad el segundo medicamento más recetado en EE. UU. es el Prozac. “Nos encontramos en una sociedad instantánea, queremos que todo será rápido y para ya, y eso hace que en muchas casos se prefiera tomar una pastilla que hacer una terapia y sufrir varias semanas”, critica Clinton. El difícil acceso a las medicaciones y a los servicios sanitarios es otra de las asignaturas pendientes de la APA.

Y cómo no, Clinton destaca la violencia como uno de los grandes retos que debe de enfrentar la sociedad norteamericana en la actualidad. “Es una situación muy complicada, es cierto que el acceso a las armas puede tener algo que ver, por eso la contribución de la psicología en el ámbito de la prevención sobre la toma de decisiones a la hora de enfrentarse al manejo de las emociones es fundamental”, explica la experta.

“Tenemos que trabajar desde la escuela en la atención y gestión de las emociones así como en el desarrollo de la empatía, porque una persona capaz de ponerse en el lugar del otro jamás podría hacerle daño”, añade.

La doble realidad de las nuevas tecnologías

Otro de los debates más habituales entre los profesionales estadounidenses es el de la influencia de las nuevas tecnologías y su impacto en la infancia, que dedica demasiado tiempo a los videojuegos y los contenidos digitales. “Se ha demostrado que los niños que dedican demasiado tiempo a este tipo de ocio presentan mayores niveles de depresión y problemas en cuanto a sus lazos sociales”, explica.

Por eso, actualmente se trabaja desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la elaboración de una serie de criterios que permitan evaluar esta adicción, así como incluirla en el manual de clasificación de diagnósticos internacionales. “Por supuesto, no podemos olvidar los beneficios que ofrece su aplicación en las aulas a la hora de fomentar otro tipo de aprendizaje y que permite crear un pensamiento crítico así como paliar ciertas dificultades entre los más jóvenes”. En su opinión, es importante sentar unas bases y unos límites en su utilización, siempre desde el punto de vista de la educación.

Algo que, asegura, se trabaja mucho mejor en España. “Es un verdadero honor haber tenido esta oportunidad de aprender y compartir conocimientos con tantos profesionales estos días. En Aragón hay gente extremadamente profesional y preocupada por seguir creciendo y hacer cambios por mejorar la psicología en el país”, concluye Clinton.

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