El espeto y otros llamativos patrimonios inmateriales de la Humanidad

La Unesco concede estas distinciones desde 2008 para salvaguardar los bienes culturales no tangibles, entre los que ha incluido algunas candidaturas que han llamado mucho la atención.

Los primeros establecimientos que ofrecían de forma comercial el espeto de sardinas como plato típicamente malagueño datan de 1882.
Los primeros establecimientos que ofrecían de forma comercial el espeto de sardinas como plato típicamente malagueño datan de 1882.
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Recientemente, se dio a conocer que la Comisión de Cultura del Senado había aprobado una declaración institucional para que el espeto de sardinas entre a formar parte de la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Se trata de una serie de distinciones que concede este organismo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura desde el año 2008 y que tiene como fin salvaguardar los bienes culturales no tangibles, pero entre los que ha incluido diversas propuestas que han causado mucha sorpresa desde diversos foros, principalmente debido a su desconocimiento.

Para seleccionar los elementos que integrarán este registro (que componen los patrimonios inmateriales junto a los catálogos de salvaguardia urgente y mejores prácticas de salvaguardia), la entidad tiene en cuenta numerosos ámbitos como la lengua, la literatura, la música y danza, los juegos y deportes, las tradiciones culinarias, los rituales y mitologías, los conocimientos y usos relacionados con el universo, los conocimientos técnicos relacionados con la artesanía y los espacios culturales.

España está presente en esta lista con diversas propuestas, que incluyen el flamenco, la dieta mediterránea, los ‘castells’ o el ‘Misterio de Elche’ y que podrían ampliarse próximamente. Una extensa gama donde caben múltiples opciones y en la que han ingresado elementos culturales que han llamado mucho la atención en numerosos países y que gracias a este reconocimiento se han dado a conocer a lo largo y ancho de todo el planeta. Aquí se detallan algunos de ellos.

Espeto: en el caso de este elemento puntiagudo clavado en una sardina, sus impulsores han destacado que se trata de una tradición que data de 1882, cuando nacieron los primeros establecimientos que ofrecían de forma comercial el espeto de sardinas como plato típicamente malagueño, que ahora reivindican como elemento integrante de la identidad cultural del lugar y de unión entre sus habitantes, razones por las que solicitan su ingreso en la lista representativa.

Yufka: esta masa de origen turco tiene numerosos usos, ya que es válida tanto en la elaboración de dulces típicos del país otomano (como el ‘baklava’) como para cocinar diversas modalidades de 'börek' (empanadas o pasteles salados) y hasta para los famosos ‘durum’. En 2016, la propuesta conjunta de Azerbaiyán, Irán, Kazajistán, Kirguistán y Turquía fue inscrita en la lista de la Unesco por su enorme peso en la tradición cultural de estos países.

Charrería: el conjunto de destrezas, habilidades ecuestres y vaqueras propias del ‘charro’ o jinete mexicano constituye un deporte extremadamente popular en el país americano, muy arraigado en las costumbres de sus ciudadanos y actualmente en auge. Todos estos elementos, unidos a su espectacularidad visual, lo llevaron a formar parte de los bienes inmateriales del ente de la ONU a finales de 2016.

Nouruz: el año nuevo del calendario persa, que se celebra en Irán coincidiendo con el equinoccio de primavera, se incluyó en el catálogo en 2009 a petición de Azerbaiyán, India, Irán, Kirguistán, Pakistán, Turquía y Uzbekistán, los territorios que cuentan con una mayor influencia de esta cultura, en la que el ‘Nouruz’ es su fecha más señalada. Una festividad que toma sus raíces del zoroastrismo, la religión y filosofía basada en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro (Zarathustra), y que cuenta con más de 3.000 años de antigüedad.


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