Lentitud y desconexiones intermitentes. Si tu señal de internet presenta estas características y no has cambiado de operador, quizás te estén robando el wifi. Si antes navegabas más rápido pero ahora para cargar una página web debes esperar algunos segundos, esto es muy probable que un vecino esté accediendo de manera ilícita a tu ‘router’.

Una forma de pillar a estos 'pequeños' ladrones es desconectando cada uno de los dispositivos de nuestro hogar que usan internet: el móvil, el ordenador, la tablet, el televisor o la consola, entre otros. Una vez estén todos apagados, si la luz del ‘router’ sigue parpadeando significará nos están robando internet, pues hay una persona que sigue conectada y no eres tú. Eso sí, hay que hacerlo en un momento en el que el usurpador esté conectado, si no esta prueba no servirá de nada, ya que no podremos pillarlo con las manos en la masa.

Pero quizás usar una aplicación móvil para descubrir al intruso sea más útil o más eficaz en estos casos, dado que su conexión ha generado una huella digital en nuestro ‘router’. Hay varias apps que tienen esta función, como Fing, disponible tanto para dispositivos iOS como Android, y que permite observar qué dispositivos han estado conectados a nuestra red, si nos muestra alguno que no nos pertenece, ¡bingo! Nos están robando internet.

¿Cómo evitar este robo?

Existen diferentes métodos para hacer de nuestro wifi más inaccesible:

Cambia la contraseña. A pesar de que la que viene con el 'router' parece muy segura se recomienda cambiarla, siempre mezclando diferentes caracteres con la finalidad de protegerte de posibles hurtos. Cambia el nombre de red. De esta forma es más difícil hackearla. Limita el número de dispositivos que pueden estar conectados a la red. Esto será muy útil si siempre son los mismos desde los que te conectas.