El festival de Cannes prohíbe los selfis

Su director, Thierry Fremaux, asegura que esta práctica ralentiza la 'red carpet' y ocasiona tumultos.

El director del festival de cine de Cannes no permitirá que nadie saque el móvil en la alfombra roja.
El festival de Cannes prohíbe los selfis
Guillaume Horcajuelo

Cannes es el festival de cine más exquisito del mundo. Ningún otro premio alcanza el prestigio de la Palma de Oro, que ha reconocido a los directores fundamentales del séptimo arte: Billy Wilder, Roberto Rossellini, David Lean, Orson Welles, Fellini, Buñuel, Coppola... El principal escaparate de esta feria de las vanidades es la alfombra roja que precede al estreno de gala de los filmes a competición. Las firmas de moda y joyería se pelean para que las estrellas luzcan sus últimas creaciones. Las revistas de moda y del corazón se alimentarán con unas imágenes que darán la vuelta al mundo.

Aunque parezca un paseo espontáneo, en la 'red carpet' todo debe estar milimétricamente medido y pautado. Un ejército de asistentes guía a las estrellas y a los afortunados y escasos reporteros que tienen el privilegio de conseguir un 'sound bite', una declaración de segundos en la valla que les separa del resto de los mortales. El todopoderoso director de Cannes, Thierry Fremaux, ya había expresado su hartazgo por los retrasos y tumultos ocasionados por los propios actores que, móvil en ristre, se inmortalizan en selfis para alimentar sus redes sociales. Una práctica "ridícula y grotesca", según Fremaux, que en la próxima edición del festival, del 8 al 19 de mayo, estará absolutamente prohibida.

Hace tres años, Fremaux ya abominó en público de que los astros del cine se pararan cada dos metros "para hacerse un autorretrato". Su queja no tuvo eco, así que ahora no permitirá que nadie saque el móvil. "En la alfombra roja, la trivialidad y la ralentización provocada por el desorden que causa la práctica de los selfis perjudica la calidad de la subida de las escaleras y, por tanto, al festival en su globalidad", argumenta.

Otro cambio aún más trascendental en los 71 años de historia del festival es la eliminación de los pases de prensa matinales. Los periodistas y críticos ven las películas a concurso a primera hora, para facilitar así la escritura de sus crónicas y criticas. El estreno de gala con el equipo artístico, a las siete de la tarde y a las diez de la noche, llega cuando ya se sabe si la película es una maravilla o un pestiño. Para preservar el carácter de estreno absoluto, los críticos dispondrán de una proyección al mismo tiempo que el pase de gala. Si es a las diez de la noche, las estrellas tendrán prioridad y la prensa, que ya ha puesto el grito en el cielo, deberá esperar al día siguiente. En definitiva, que no habrá selfis de famosos, pero sí tuits suyos vanagloriándose de haber visto una película antes que nadie.

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