Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Un mundo sin espejos para Hawking

Cumplir una batería de condiciones era imprescindible para organizar una visita de Stephen Hawking a Aragón. La Agrupación Astronómica de Huesca estuvo muy cerca de lograrlo.

Hawking, durante una conferencia sobre el origen del Universo en Bruselas
Hawking, durante una conferencia sobre el origen del Universo en Bruselas
Reuters / Francois Lenoir

Una visita de Stephen Hawking llevaba consigo laboriosas gestiones. Lo saben bien en la Agrupación Astronómica de Huesca (AAHU), que lo organizó todo para que el científico que acaba de fallecer fuese quien pusiera el broche de oro al Año Internacional de la Astronomía, 2009, interviniendo en un acto que se iba a celebrar en Huesca.

Alberto Solanes, presidente de la AAHU, recuerda que “llegué a tener presupuesto del Gobierno de Aragón para traerle”, pero, cuando los trámites estaban muy avanzados, Hawking enfermó y anuló todas las previsiones de su agenda. Poco antes, en 2003, también había estado a punto de asistir a un congreso científico celebrado en Benasque.

“Llegamos a contactar directamente con su secretaria, que era su enfermera y persona de confianza, quien decidía todo. Nos mandaron todas las condiciones que había que cumplir, con todo tipo de detalles”, señala. Y pasa a enumerar las que vienen a su memoria: “No hacía falta un jet privado, pero sí que había que pedir a la aerolínea en la que viajara que desmontara dos o tres asientos en primera clase para ubicar su silla; había que reformar el hotel donde se alojara, que iba a ser el Abba, desmontar todos los elementos del baño excepto el lavabo, colocar un elevador y eliminar todos los espejos tanto de la habitación como del baño; debía haber una habitación contigua y comunicada con la suya para el médico y la enfermera”. Pedían también una descripción pormenorizada de todo lo que haría durante su visita, incluyendo los recorridos concretos, “en los que no se podía encontrar con un bordillo ni con una escalera, todo debía ser accesible; se trasladaría por la ciudad en un vehículo especial”.

Para ayudarles en todos estos trámites, la agrupación se apoyó en la empresa TM Organizador. “Llevó mucho trabajo y debíamos ir comunicando paso a paso a su secretaria nuestros avances, con un control exhaustivo”.

Contactaron con Jorge Mira, catedrático del área de Electromagnetismo y director del departamento de Física aplicada de la Universidad de Santiago de Compostela, quien tenía experiencia porque había llevado a Hawking a Santiago, con motivo de la entrega del premio Fonseca de divulgación científica. En aquella ocasión, declaraba Jorge Mira en una entrevista a Tercer Milenio, “estuvo una semana completa. Vino con ocho personas: su jefe de gabinete, el técnico que maneja el ordenador a través del cual habla, cinco enfermeros que se turnan día y noche, y su hija”. Mira decía a los miembros de la agrupación oscense, comenta Solanes, “que cuando llegas al punto de concreción en las gestiones al que habíamos llegado nosotros, hay un 50% de posibilidades de que finalmente asista”, lo que les animaba a seguir adelante.

“Como sabíamos que le gustaba mucho la montaña, le mandamos un libro de San Juan de la Peña y queríamos llevarle a visitar el Pirineo; íbamos dándole caramelos para poderlo traer”, pero no hubo suerte. “Volvió de un viaje a Canadá con un problema pulmonar que hizo que anulara todos sus viajes durante un tiempo".

Que el Año Internacional de la Astronomía se cerrara en España de esta forma, con la visita de Hawking a Huesca, fue una propuesta que la agrupación llevó a las reuniones del Año de la Astronomía. “Conseguimos financiación del Gobierno de Aragón y el Instituto de Astrofísica de Andalucía también apoyaba”. Se tenía previsto celebrar el acto, “el colofón a nivel nacional”, en el Palacio de Congresos oscense, “con una conferencia de Hawking y la presentación de un libro de su hija Lucy, así como una actividad con niños”. Calcularon un coste de unos 30.000 euros. “De haber seguido adelante, nos hubiéramos movido en busca de patrocinios externos, pues este hombre levantaba pasiones -incluso hay 400 frikis que lo seguían a todas partes-, pero con su enfermedad y la anulación, se apagó la idea”.

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