Adiós a Nigel, el pájaro enamorado más triste del mundo

Fallece el alcatraz que se hizo famoso por 'enamorarse' de un reclamo.

Nigel -a la derecha- le canta a su enamorada.
Nigel -a la derecha- le canta a su enamorada.
@manaislandfriends

Nigel supo durante años lo duro que es el amor no correspondido. No se rindió, pero sus esfuerzos nunca sirvieron de nada y este alcatraz ha muerto solo en la isla neozelandesa de Mana en la que, hace unos años, encontró a la hembra de su vida.

Claro que Nigel no tenía muy buen ojo eligiendo pareja, porque su enamorada no es un alcatraz real. Se trata de un pájaro de hormigón, instalado por los servicios de conservación de la naturaleza para atraer nuevas parejas de aves y lograr que aniden en la isla. En defensa de Nigel, hay que decir que el falso animal está muy bien hecho: hasta tiene un pequeño altavoz activado con energía solar por el que se emiten grabaciones con graznidos reales de este tipo de pájaros.

Además, algo tendrá de especial, porque de los muchos pájaros falsos que se instalaron en  Mana, solo uno robó el corazón del pobre Nigel.

El alcatraz enamorada, además, era el único que se había instalado en la zona. Hasta hace unas semanas, cuando los conservadores descubrieron a otras tres aves de la misma especie que parecen decididas a vivir en la isla. Aun así, a Nigel le dio igual. Ignoró a los pájaros reales, y se mantuvo al lado de su novia, como había hecho en los últimos años.

Este alcatraz despechado llegó a la isla en torno a 2015. Desde entonces, hizo lo imposible por conquistar a su dama. Le cantó, le enseñó su reluciente plumaje, construyó un nido y la llenó de pequeños regalitos. Y así todos los días.

No logró el amor, pero sí se ganó el cariño de los naturalistas y los turistas que se acercan a Mana. Su triste historia de amor se ha hecho famosa en las redes sociales y sus fans han llorado su muerte en la cuenta de Facebook de la isla de Mana. Allí han colgado un vídeo de homenaje en el que se ve a Nigel cantándole a su enamorada:

Según ha contado el New York Times, que ha revelado la historia de Nigel, los biólogos creen que la muerte del ave no será en vano. Su presencia ha servido para que esos tres nuevos pájaros se instalen en Mana y quizá gracias a él la isla vuelva a tener una abundante colonia de alcatraces, unos animales fundamentales para enriquecer el ecosistema de la isla que desaparecieron debido a la presión de la actividad humana.

Ahora solo queda despedir a Nigel. Y en Facebook hay quien propone incinerar sus restos e instalarlos en un nuevo pájaro de hormigón, al lado de su novia, para que pueda estar a su lado toda la eternidad.

En cualquier caso, descanse en paz.

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