Samsung Galaxy A8, un todopantalla muy presumido

En un lugar indefinido entre la gama media y la gama alta, el Galaxy A8 es un teléfono todopantalla con doble cámara y ‘bokeh’ delantero, que no encaja en todos los bolsillos.

El A8 viene en tres colores, uno de ellos, este elegante dorado
El A8 viene en tres colores, uno de ellos, este elegante dorado

Samsung ha encontrado un huequillo entre el A5 de 2017 (su supergamamedia del año pasado) y el S8 (su terminal estrella) y ha decidido aprovecharlo. El A8 tiene casi de todo: pantalla Super Amoled con bordes reducidos, un cuidado diseño de metal y cristal, un procesador potente, resistencia al agua, tres cámaras (aunque no dónde tú piensas), realidad virtual, pagos móviles… El único pero es su precio. Con 500 euros en la etiqueta, se sitúa demasiado cerca de la gama alta y el mismísimo S8 podría hoy hacerle sombra.

En el apartado fotográfico, este A8 supone una apuesta diferente por parte de Samsung, –ya vista en otros fabricantes–, al situar la configuración de doble lente en el frontal y no en la parte trasera.

Los amantes de los selfis podrán disfrutar así de un mayor angular y también del demandado efecto ‘bokeh’ (difuminar el fondo para resaltar a las personas) en sus autofotos. También se puede elegir con qué lente hacer una foto normal aunque el aumento del ángulo no es muy grande si que permite hacer selfis grupales de una manera más sencilla.

La doble cámara delante hace buenos selfis incluso de noche. El efecto bokeh es claro y definido como se puede ver en esta imagen en los márgenes de los auriculares

Los sensores son de 8 y 16 MPx y tienen una apertura f/1.9 que no se suele ver en cámaras delanteras. El software también permite hacer selfis animados muy divertidos al estilo Snapchat gracias a la realidad aumentada en tiempo real.

La cámara trasera hace buenas fotografías siempre que las condiciones de luz sean buenas, pero de noche las dos cámaras frontales toman mejores imágenes. Al no haber incluido la tecnología 'dualpixel' la cámara de 16 Mpx necesita más tiempo para enfocar y 'acostumbrarse' a las condiciones de poca luz. Las fotos nocturnas tienen más ruido y pueden salir desenfocadas, pero son bastante luminosas gracias a la apertura f/1.7 del sensor.

De día se pueden conseguir grandes resultados con poco esfuerzo

Por la noche el ruido crece, pero los resultados no son malos

Samsung sigue apostando por una elegante combinación entre aluminio y cristal, tan bonita como frágil, No tiene los bordes curvados, algo que algunos echarán en falta y otros agradecerán, los marcos se han reducido pero ahí están (75% del frontal), y su parte trasera es un adelanto de lo que veremos en el S9, con una recolocación del sensor de huellas, mucho más accesible y cómoda, bajo la cámara.

La gama A también tiene como costumbre la reubicación del altavoz en un lateral del terminal, un lugar mucho mejor para no taparlo cuando sostenemos el móvil en horizontal al ver vídeos o jugar. El sonido es alto y claro, muy similar a lo que encontramos en sus hermanos mayores.

En potencia no hay sorpresas. Tiene un procesador de 8 núcleos firmado por la propia Samsung inferior al de sus hermanos, pero cuenta con 4 GB de RAM. El comportamiento es fluido en todo momento, aunque no tanto como en un móvil con un Snapdragon 835. Esto se traduce en pequeñas esperas a la hora de abrir algunas aplicaciones o al pasar de una otra en la multitarea.

Galería:Anlisis del Samsung Galaxy A8
El A8 es resistente al agua y al polvo, cuenta con carga rápida pero no inalámbrica, y es compatible con las gafas de realidad virtual Gear VR pero no con Samsung Dex, la base que convierte a los dispositivos Galaxy en un PC de sobremesa. La menor resolución de pantalla y potencia se nota sobre todo en el apartado virtual ya que la pantalla se sitúa muy cerca de los ojos y los contenidos exigen mucho al móvil que se ve menos capaz que los terminales de gama superior.

Existen dos versiones de este terminal y la más interesante para muchos será la que presenta la posibilidad de usar dos tarjetas SIM 4G al mismo tiempo que ampliamos su almacenamiento de solo 32 GB con tarjetas MicroSD de hasta 256 GB. Algo que llevamos pidiendo mucho tiempo a Samsung y que esperamos que mantenga en el futuro en sus terminales de gama alta.

En cuanto a la batería tenemos buenas y malas noticias. Aguanta muy bien unas 22 horas de uso intenso y más de día y medio de uso moderado, tiene carga rápida por USB-C que permite llenar un 50% del depósito en media hora. Por desgracia, a pesar de tener la trasera de cristal, Samsung no ha incluido carga inalámbrica.

El A8 tampoco incluye los auriculares firmados por AKG que Samsung si que 'regala' con el S8 y el Note 8. Otra ausencia es el botón home virtual que en sus hermanos mayores vibra cuando pulsamos la parte inferior de la pantalla dando la impresión de que existe un botón bajo el panel. Lo que sí que han incluido es algunas innovaciones de 'software' como la pantalla dividida, 'bixby home' -aunque no el asistente virtual- o la tecnología 'always on display', que muestra información como la hora y las notificaciones con la pantalla apagada.

El A8 es como Mary Poppins: ‘prácticamente perfecta en todo’; su problema es que llega a un mercado en el que por su precio encontramos móviles de gama alta de 2017 que, si no lo superan, si lo igualan.

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