¡Su tiempo se acabó!

En 2017 muchas mujeres empezaron a denunciar los abusos de los que han sido víctimas. El 2018 debería ser el año en que ese movimiento empiece a dar sus frutos: el tiempo de los hombres poderosos y brutales que atropellan a las mujeres toca a su fin.

El año 2017 ha sido bautizado como ‘el año de las mujeres’. El año en que la revista ‘Time’ puso en su portada a las impulsoras del movimiento ‘#MeToo’ contra el acoso sexual. Tanto es así que el diccionario Merriam-Webster experimentó, durante el año, un aumento del 70% en las búsquedas por el significado del término ‘feminismo’, por lo que dicho término fue elegido como la palabra del año. Lo triste es que 2017 no pasará a la historia como un buen año para las mujeres. En realidad, todo lo contrario. El año termina con menos mujeres presidentas y primeras ministras que en 2016 y señales de estancamiento en los parlamentos y centros de poder, como ha alertado la ONU. También, con más mujeres asesinadas que el año pasado y con más paro y precariedad entre las trabajadoras. Si el 2017 pasa a la historia será porque ha sido tan malo que ha hecho que las mujeres hayan dicho basta. Lo hemos visto en ‘#WomensMarch’ en Washington. En España, con las mareas de mujeres en las calles en protesta por el juicio de Pamplona. El año de la serie de televisión ‘The handmaid’s tale’. El año en el que he visto a más chicas jóvenes en las movilizaciones del 8 de marzo.

En el año 2018, que acaba de comenzar, muchas mujeres continúan diciendo: "¡Basta, un nuevo tiempo debe de empezar!". Así lo hemos sentido muchas personas cuando hemos leído el discurso que Oprah Winfrey pronunció al recoger el premio Cecil B. De Mille, durante la gala de los Globos de Oro. En él criticó con dureza los casos de abusos sexuales que han vivido las mujeres, no solo dentro de la industria del cine, sino en todo el mundo. Demoledor y muy combativo fue su alegato contra "los hombres poderosos y brutales" que lo han dominado todo durante mucho tiempo y a los que advirtió de que "su momento ha llegado, se les acabó el tiempo". Me gustó la referencia que hace a las niñas para abrirles un horizonte de posibilidades y de esperanza: "Soy consciente de que habrá alguna niña viendo ahora cómo yo me convierto en la primera mujer negra en recibir este premio". Por ello dedicó el premio a todas las niñas y mujeres que han alzado la voz contra los abusos y las injusticias. "Quiero que todas las mujeres que me están viendo aquí ahora sepan que un nuevo día está en el horizonte", añadió. En una segunda parte, más política, hizo una importante referencia a la prensa. Valoró la valentía de esta para sacar la verdad a la luz, lo que impide que sigan creciendo la corrupción y la injusticia. Tomó postura ante lo que está viviendo en su país, donde el populismo autoritario utiliza como mecanismo la manipulación mediática y su éxito lo logra cuando las masas asumen que la verdad puede ser creada a imagen y semejanza de lo que le venga en gana al autoritario. Pues "hablar y decir la verdad es la herramienta más poderosa que tenemos todos", dijo Oprah Winfrey. Terminó diciendo: "Durante demasiado tiempo, las mujeres no han sido escuchadas o creídas si se atrevían a decir su verdad al poder de esos hombres". Pero: "Su tiempo se acabó", un lema por el que muchos de los actores y actrices allí presentes se pusieron en pie. Winfrey puso voz alta y clara a tantas y tantas mujeres que han tenido que soportar "años de acoso y maltrato porque tenían hijos que alimentar, facturas que pagar y sueños que hacer realidad".

Su discurso está teniendo una importante repercusión mediática, tanto a favor como también en contra en el manifiesto contra el puritanismo sexual. Me encuentro entre las que creemos que es posible un mañana mejor. Para conseguirlo es necesario el compromiso de muchas de las mujeres que estaban oyéndola y de muchos hombres, pues este nuevo horizonte hemos de construirlo juntos, hombres y mujeres.

Lo más esperanzador es que son muchas las mujeres que no se callan. "Para mantener mis principios y no sentirme como una criatura de segunda categoría". Así exponía Anna Muzychuk en su Facebook el pasado diciembre los motivos por lo que se negaba a participar en el Mundial de Ajedrez en Riad. Sabrina Vega, la actual campeona de España de ajedrez, también ha antepuesto sus valores a sus títulos. Se está empezando a hacer mucho ruido, contamos para ello con los medios de comunicación. Ahora bien, hacer ruido no es lo mismo que lograr resultados. Ojalá que el 2018 nos traiga los frutos de tantos esfuerzos que se hicieron el año pasado. Ojalá que sea el año del nuevo despertar femenino. El año del empoderamiento. Nuestro año.