Los puros y el ron son parte de los regalos que, valorados en 5.000 dólares, Raúl Castro envió a Barack Obama, a su esposa Michelle y sus dos hijas, así como al entonces asesor presidencial Ben Rhodes, en agradecimiento al deshielo entre los dos países que el anterior inquilino de la Casa Blanca puso en marcha en diciembre de 2014. Un acercamiento que incluía medidas para flexibilizar los contactos, los viajes y la importación de tabaco y licores cubanos por ciudadanos de EE UU.

Sin embargo, Obama no tuvo ocasión de disfrutar del aroma y sabor de los habanos y del espléndido destilado de caña cubano. Al darse a conocer el contenido de los obsequios entregados por La Habana se ha dado cuenta también de que, como es obligado cuando se trata de regalos de cierto valor, el presidente Obama depositó todo ello en los Archivos Nacionales. Son ya patrimonio.

Pasa siempre así. Y por ello los Archivos se enriquecen con valiosos presentes. Aunque esta vez es difícil imaginar qué se hizo en tal organismo con los puros y el ron...

Ahora se ha conocido por documentos del Departamento de Estado que el paquete total de Castro para Obama consistió en "205 cigarros sin marca sin nombre, un humidor y un cortador de cigarros, una botella de ron y un busto de madera de Abraham Lincoln", todo ello por un valor de 2.000 dólares.

Moda isleña

A la exprimera dama, Michelle, se le hizo llegar un «vestido de lino blanco y una placa de cerámica, valorados en 1.190 dólares»; y a sus hijas, Malia y Sasha, "vestidos de lino, dos grabados y una colección de música cubana en CD valorada en 1.164 dólares". Los atuendos eran obra de la recientemente fallecida maestra de la moda Carmen Fiol, de cuyas manos salían los deshilados más finos y tradicionales de Cuba. Otras destacadas mujeres invitadas del Gobierno isleño también recibieron en su momento vestimentas con su firma. También la alta sociedad de la mayor de las Antillas gustaba de lucir sus primorosos diseños pese a que los precios eran prohibitivos para la mayoría de las cubanas.

El obsequio para Rhodes fue más modesto: "Diez cigarros, un juego de aretes y collares de plata y un kit de música por un total de 670 dólares en 2016".

Cuando Fidel Castro era presidente y fumaba sus famosos lanceros Cohiba, enviaba regularmente alguna caja de esa labor a Felipe González, quien cuando fue recriminado por su afición a los caros puros en la 'bodeguilla' de la Moncloa, regalados por el líder comunista, replicó que nada malo habían en ello y que lo deseable era que «todos pudieran fumar habanos de tanta calidad».

En estos tiempos de antitabaquismo militante, Obama no cayó en en la tentación. Aceptó el presente pues su rechazo hubiera creado una situación embarazosa, pero consideró que debía ir al Tesoro nacional . Allí el ron se añejará más y mejor, pero los puros...