Haga la prueba: revise su armario y fíjese bien en las cremalleras que hay en su ropa. Casi con toda seguridad, la mayoría de ellas tendrán grabadas las letras YKK.

Estas siglas responden a las palabras Yoshida Kogyo Kabushikikaisha (Yoshida Sociedad Limitada), que es una empresa japonesa que fabrica, claro, cremalleras.

Pero no es una marca más: YKK es el primer fabricante mundial de estos pequeños artefactos, de tal modo que se calcula que más de la mitad de todas las cremalleras del mundo son suyas.

La empresa nació hace ocho décadas, en 1934, de la mano de Tadao Yoshida, que quiso perfeccionar un invento que había aparecido en Estados Unidos en 1917. Muy pronto, quedó claro que las cremalleras YKK eran las más fiables y resistentes del mercado, lo que disparó sus ventas entre los empresas de costura de todo el mundo. Pero además, la relación calidad-precio del producto hacía difícil que tuvieran rival, así como la eficacia en los envíos de la compañía nipona: las YKK siempre llegaban a tiempo.

Así, poco a poco, la empresa se convirtió en una gran multinacional que hoy tiene fábricas en 71 países -entre ellos, España- y ocupa a 42.000 trabajadores. De sus plantas salen cada año más de 6.000 millones de cremalleras y sus previsiones de crecimiento son tan optimistas que, para 2020, esperan llegar a 13.000 millones.

Las YKK, además, son inconfundibles, porque cada una lleva grabadas las siglas de su nombre.