¿Tu perro se asusta con el ruido? Un fármaco tiene la solución
Una medicación desarrollada por un laboratorio estadounidense puede acabar con la ansiedad y el estrés de los canes provocados por los sonidos estridentes.
Fuegos artificiales, petardos, truenos... Estos sonidos representan para algunos perros un auténtico problema que les genera estrés y ansiedad. En periodos festivos, cuando estos ruidos son más frecuentes, los síntomas pueden agravarse provocando en los canes crisis agudas.
Para evitarles sufrimiento y conseguir calmarles, un equipo de científicos de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) ha desarrollado un fármaco, en forma de gel oral para facilitar su administración, que es capaz de acabar con los efectos -gimoteos, temblores, ansiedad...- que provoca en las mascotas el ruido y reducir el nerviosismo.
El anuncio de la existencia de este medicamento fue publicado en abril de 2017 en la revista especializada 'Veterinary Record'. El fármaco contiene Dexmedetomidine, un principio activo con efecto sedante y analgésico que, en pequeñas dosis, tiene propiedades tranquilizantes. Actualmente, este medicamento está disponible en toda Europa con la necesaria prescripción de un veterinario.
Los fuegos artificiales, enemigos de la sensibilidad canina
182 perros con un historial de ansiedad media y aguda asociada al ruido provocado por la explosión de fuegos artificiales fueron los encargados de probar la efectividad del fármaco en la víspera de Año Nuevo del año 2015.
Esta prueba concluyó con unos resultados más que satisfactorios satisfactorios. El 73% de los canes a los que se les administró el gel oral respondieron positivamente al tratamiento, mientras que solo el 37% de los que no lo recibieron estuvieron calmados y no mostraron signos de miedo ni ansiedad.
Gracias a este nuevo fármaco, los canes que lo habían tomado se deshicieron de los ladridos, lloriqueos, aullidos, temblores o jadeos provocados por el sonido estridente de los fuegos artificiales, sin que en ninguno de los perros provocase un efecto sedante significativo.
Según afirman los autores del estudio, con las instrucciones adecuadas de los veterinarios y el estableciendo de un plan de tratamiento personalizado, el medicamento no debería causar ningún problema al animal, aliviándole significativamente los efectos provocados por los ruidos.
