Si eres de los que creen que ya está todo inventado y que no hay nada nuevo bajo el sol, quizás deberías reconsiderarlo. Ni siquiera en cuestión de colores se ha dicho aún la última palabra. Hace unos años, un químico de la Universidad Estatal de Oregón (EE. UU.) llamado Mas Subramanian saltó a la fama al convertirse en el padre de un nuevo tono de azul brillante. El primer pigmento azul creado desde 1802, que fue cuando vio la luz el azul cobalto.

Para ser honestos, lo suyo fue pura serendipia. Subramanian y su equipo andaban experimentando con diversos materiales para ver sus posibles aplicaciones electrónicas. Y de repente, mezclando óxido de manganeso negro con indio e itrio, y calentando la mezcla a 1.200 ºC, se encontraron ante un pigmento azul eléctrico y vibrante que no esperaban. Muy 'cool'. Con una reflectividad infrarroja del 40% nada menos, mayor que ningún otro azul. Es más, su intensidad no se mitiga con el tiempo ni con la lluvia no con el aceite. Es el azul más estable que se conoce. A lo que se suma que, a diferencia del cobalto, no es tóxico. Con tantas ventajas, es previsible que pronto esté disponible en pinturas para coches, plásticos de exterior y cubiertas de edificios.

De momento lo llaman azul YImMn, aludiendo a los tres elementos de la tabla periódica que lo forman. Un nombre demasiado difícil para el gran público. Por eso cuando la empresa de ceras Crayola decidió incorporarlo a su caja de 24 colores, pidió ayuda a los internautas para rebautizarlo. El veredicto acaba de ser anunciado: se llamará azul bluetiful, un juego de palabras de blue ('azul', en inglés) y beautiful (término anglosajón para 'bonito').