7 mentiras arruina-dietas

Si te ha pasado que has empezado una dieta y la has abandonado a las pocas semanas, o días, de iniciarla debes saber que no estás solo. Pero ¿cuáles son los motivos de ese fracaso?

El ejercicio aeróbico puede ayudar a que el cerebro no reduzca su tamaño con el envejecimiento.
El ejercicio ayuda pero pensar que es suficiente para perder peso es autoengañarnos.
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Es bastante habitual comenzar una dieta y abandonarla al poco tiempo. Pero ¿cuáles son los motivos de ese fracaso? Son muchas las excusas que nos ponemos, y nos acabamos creyendo, para arruinar cualquier plan de adelgazamiento.

Es muy probable que tú mismo seas el principal saboteador de tu peso, o mejor dicho, las mentiras que te has ido contando o sobre lo que realmente comes o el ejercicio físico que haces. Suele haber una lista larga, pero siete excusas con las más comunes y las que con más probabilidades están arruinando tu dieta:

1.- Como sano durante toda la semana y así puedo excederme durante el fin de semana. Lástima que el cuerpo humano se parezca más a un laboratorio de bioquímica que a una cuenta corriente bancaria: en otras palabras, no se pueden ahorrar calorías para gastar en otro momento, es necesario quemar las calorías en el momento correcto y sobre todo, cada día.

2.- Tengo el metabolismo lento. Hay personas que tienen problemas de tiroides, que deben tratar, pero la mayoría no hemos nacido con un metabolismo lento, sino que lo vamos convirtiendo en lento a fuerza de alimentarlo de comidas grasas y ricas en azúcares, que mantienen elevados los niveles de las hormonas que almacenan la grasa ralentizando así el metabolismo. ¿La solución? Elegir alimentos no precocinados y dormir las horas adecuadas son dos respuestas que funcionan bien.

3.- Hago ayunos intermitentes y así puedo luego comer todo lo que quiero. Las dietas veloces están de moda pero alternar los atracones con el ayuno puede desencadenar intolerancias alimentarias y disparar hasta las estrellas los niveles de azúcar en sangre.

4. Me salto el desayuno y así ahorro calorías. Esta estrategia nunca funciona y paradójicamente, acabas por sumar más calorías. Eso sí, mejor que desayunarse con unos churros, elige fruta o un batido de frutas y verduras recién sacado de la licuadora, que quema las grasas y sacia el hambre durante horas.

5.- Un par de bocados no arruinarán la dieta. ¡Ay, alma cándida! Precisamente son ellos los que acaban haciéndote la pascua. Porque, una vez has probado la comida prohibida es imposible quedarse en esos ‘dos mordisquitos, solo para probar’.

6.- Puedo comer más porque luego hago ejercicio. A menos que te estés entrenando para correr un maratón, el ejercicio físico sirve para mantenerse en forma, pero no compensa los ataques continuados a la dieta. Mejor concentrarse en los beneficios físicos que nos ofrece pero mantener también cuidado con lo que comemos.

7.- Comenzaré mañana. Posponer (o como se dice ahora, procrastinar) el momento de comenzar la dieta no conduce a ninguna parte. Es necesario ponerse en serio con nuestro plan de adelgazamiento y cumplirlo cada día.

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