¿Cómo afecta el cambio de estación a las mascotas?

Con la bajada de las temperaturas y la llegada de las lluvias, los animales de compañía requieren una serie de cuidados especiales que han de tenerse en cuenta.

Hay mascotas especialmente vulnerables a los cambios bruscos de temperatura o a la humedad.
Hay mascotas especialmente vulnerables a los cambios bruscos de temperatura o a la humedad.
Pixabay

El verano se agota y, con el descenso térmico y la aparición de las primeras lluvias, las mascotas van a requerir una serie de cuidados específicos que sus dueños deberán tener en cuenta durante las dos próximas estaciones.

Los gatos, a pesar de su pelaje, tienen dificultades a la hora de enfrentarse al frío. Los cachorros y los animales enfermos también son especialmente vulnerables, por lo que sus cuidadores deberán evitar su exposición prolongada a las bajas temperaturas. Las partes del cuerpo de los perros que más van a sufrir los efectos del frío son las orejas, el rabo y las almohadillas plantares, a las que habrá que proteger de quemaduras si entran en contacto con el hielo.

El exceso de humedad también puede producir afecciones en los animales de compañía y provocarles, por ejemplo, la aparición de dermatitis. Además, las mascotas veteranas, más propensas a padecer problemas articulares, pueden resentirse durante los días más húmedos. "No es un buen momento para cortarles el pelo, lo mejor es cepillárselo con frecuencia. Demasiada higiene puede producirles una pérdida de su capa lipídica, que va desapareciendo con los baños", explica Natalia Arnal, secretaria de la junta directiva del Colegio Oficial de Veterinarios de Zaragoza y veterinaria clínica.

Además del frío y la humedad, hay animales especialmente vulnerables a las corrientes de aire, uno de los elementos característicos del clima del valle del Ebro. Según informa la veterinaria, los más afectados por las rachas de viento son los reptiles, las aves, los roedores y los gatos, por lo que necesitarán una protección especial contra este fenómeno.

En cuanto a su dieta, "no consiste en aumentar la cantidad, sino en proporcionales alimentos que aporten un mayor contenido calórico", indica Arnal, quien además recalca que habrá que prestar una especial atención al estado del agua de los perros que habitan en el exterior para evitar que llegue a congelarse. "Un truco es introducir un elemento extraño en el bebedero", comenta.

Los resfriados también son comunes entre las mascotas en esta época del año, debido en muchos casos a los "cambios bruscos de temperatura al pasar del calor del hogar al frío de la calle", explica Arnal, quien recomienda realizar un chequeo sanguíneo antes de la llegada del invierno para poder detectar posibles enfermedades contraídas durante la época estival y producidas por la picadura de garrapatas, mosquitos u otros insectos. El descenso acusado de la temperatura corporal de un perro  -que oscila de forma natural entre los 37 y los 38 grados- podría provocarles una hipotermia, cuyos síntomas son la pérdida de color en las mucosas, quietud o movimientos tambaleantes.

"No es obligatorio tener un animal, pero sí cuidarlo en caso de que se tenga", concluye la veterinaria.

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