Samsung Note 8, el redentor
El Note 8 llega con la misión de hacer olvidar a su explosivo antecesor.
El Note ha vuelto. A pesar del desastre de las baterías explosivas, Samsung no ha renunciado a una de las franquicias más apreciadas. El Galaxy Note 8 copia los aciertos del S8, el buque insignia de los coreanos, y mejora algunas de sus debilidades, suavizando sus bordes en el diseño y cuadrando el círculo en el conjunto.
La pantalla infinita Super Amoled crece unas inapreciables 0,1 pulgadas -de 6,2 a 6,3-, lo que hace aumentar ligeramente las dimensiones y rozar los 200 gramos de peso. El Note 8 no es un terminal ligero, pero mejora en pequeños detalles como la posibilidad de usar dos tarjetas SIM.
En su interior encontramos prácticamente un calco del S8 (y de todos los móviles de gama alta que han salido al mercado) con un Snapdragon 835 esta vez acompañado por 6 GB de RAM, para potenciar la multitarea, sobre todo cuando el usuario haga uso de Dex -accesorio que viene incluido con el móvil, que sobrepasa la barrera psicológica de los 1.000 euros. Esta base que convierte el móvil en un ordenador de sobremesa con solo conectarlo a una pantalla, un teclado y un ratón.
El Note 8 guarda, por supuesto, un arma secreta en su interior: el S-Pen. Este lapicero digital con miles de puntos de presión, potencia la productividad, permitiendo tomar notas con el panel apagado, dibujar, pintar, seleccionar partes concretas de la pantalla para grabar y crea gifs, seleccionar texto para buscar definiciones o traducciones online
Pero tal vez el mayor avance del Note 8 sea en la doble cámara. Al increíble sensor de 12 Mpx con apertura 1.7 y tecnología Dual Pixel, se suma otro con mayor apertura focal que le permite hacer zoom óptico de dos aumentos y digital de hasta x10. Además, sus dos ojos traen por fin el efecto bokeh a la familia Galaxy, con el sistema Live Focus que permite controlar el nivel de desenfoque de fondo.
Desgraciadamente, no todo son buenas noticias, tal vez para hacer sitio al S-Pen, tal vez para no arriesgarse a explosivas e indeseadas consecuencias, la batería del Note 8 es algo menor a la del S8+. A falta de probarlo, con una pantalla algo mayor y unos cuantos miliamperios menos suponemos que la autonomía de este terminal no alcanzará el excelente nivel de su hermano pequeño.
A pesar de todo, al menos sobre el papel, el Note 8 parece el mejor teléfono de Samsung hasta la fecha, lo que lo convierte en un gran candidato a mejor móvil del mundo. Para el que pueda permitírselo.