Pietra, de perro guía a “reina de la casa”

La presidenta de la Asociación de Usuarios de Perros Guía de Aragón, Leticia Dionisio, vive con sus dos perras, su lazarillo Astrid y su antigua perra guía, Pietra, a la que adoptó después de jubilarla.

Pietra, de perro guía a “reina de la casa”
Pietra, de perro guía a “reina de la casa”

“El miedo, el horror y el pánico” invadían a Leticia Dionisio cada vez que un can se le acercaba. Doce años después, no imagina una vida en la que no estén presentes sus dos perras. Una situación sirvió para diluir todas esas dudas e inseguridades. Cuando la evoca, vuelve a revivir sentimientos de aquel instante que le dificultan en la búsqueda de palabras para describirlo. Lo recuerda como un “flechazo”, el momento en que conoció a su primera perra guía.

Pietra es una labradora negra que llegó a la vida de Dionisio un noviembre de 2005 para convertirse en su lazarillo, en su quinto sentido. “Hasta entonces llevaba bastón. La soltura que tienes con el perro guía es mayor. Por eso, decidí probar para ver si entre las dos hacíamos una unidad”, afirma la zaragozana. Pero su vínculo va más allá que la típica relación entre una persona y un animal. Ella siente que Pietra es su “mitad”, una sintonía patente en sus gestos hacia la perra y en sus palabras: “A mí no me gusta hablar de dueños, prefiero decir madre o padre”.

“Es un contacto, un enlace, una conexión especial. Está las 24 horas contigo”, confiesa Leticia Dionisio, que actualmente es la presidenta de la Asociación de Usuarios de Perros Guía de Aragón. Una relación que en abril de 2016, tras once años caminado juntas, se vio marcada por una decisión: “Pietra debía jubilarse”.

Los perros guía no son propiedad de los usuarios, pertenecen a la Fundación ONCE del Perro Guía (FOPG). Cuando se decide jubilarlos -por el estado de salud o por la edad- hay varias opciones: devolverlos a la escuela en la que fueron adiestrados o ser adoptados por otras familias, o bien regresar a la casa dónde residen su primer año de vida o pueden continuar su vida con sus antiguos usuarios si estos deciden quedárselo.

Leticia no lo dudó. “Me sentía incapaz de separarme de Pietra después de estar la mayor parte de su vida conmigo”. “Cada día estoy más contenta de haberlo hecho”, reconoce Dionisio.

Un nuevo miembro en la familia

Así, en septiembre de 2016, solicitó un nuevo perro guía para suplir a Pietra en sus labores de lazarillo. Entonces apareció un nuevo personaje en la historia, Astrid.Para Dionisio “fue muy complicado y duro”. “No se querían ni ver, se ignoraban totalmente”. Pero con el tiempo comenzaron a respetarse mutuamente y “ahora tienen una conexión impresionante”, confiesa Leticia.

Lleva once meses disfrutando de sus dos perras, Astrid de guía y  Pietra de “reina de la casa”. “Ojala la vida así fuera para muchos años más, pero soy consciente de que esto no es para siempre, Pietra tiene 13 años y medio”, declara Dionisio quien, emocionada, evidencia con una caricia la complicidad existentes entre sus “hijas” y ella misma.

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