El motín en la cárcel de Torrero cumple 40 años

Un total de 48 presos se amotinaron en la cárcel de Torrero de Zaragoza el 19 de julio de 1977.

Los presos, en el tejado al que subieron durante su motín.
Los presos, en el tejado al que subieron durante su motín.

Un total de 48 presos se amotinaron en la cárcel de Torrero de Zaragoza el 19 de julio de 1977; seguían el ejemplo de los reclusos confinados en las prisiones de Carabanchel y Cádiz, que exigían la libertad sin condiciones. Muchos de ellos subieron al tejado de la prisión utilizando cuerdas, y con mantas y víveres pasaron allí la noche. Así lo contó HERALDO.

Aproximadamente a las seis de la tarde, cuarenta presos de la Prisión Provincial de Zaragoza, en Torrero, subieron al tejado de uno de los pabellones de la prisión. Una vez allí exhibieron dos pancartas en las que podía leerse: «Amnistía total para los comunes» y «Amnistía presos comunes. Libertad».

Los presos profirieron frecuentes gritos en los que reclamaban amnistía y libertad y repitieron la frase «Queremos la libertad». El edificio que utilizaron los presos para subir hasta el tejado y manifestarse en petición de libertad era el situado en la confluencia de las calles Fray Julián Garcés y Ansó. Pocos minutos después de que los presos iniciaran su acción, nutridas fuerzas de la Policía Armada establecieron un cordón de vigilancia que rodeaba la prisión, en las calles Fray Julián Garcés, Ansó y avenida de América, con material antidisturbios y notables efectivos. Mantuvieron así estrecha vigilancia; con especial refuerzo de medios en la puerta de la prisión y el primer patio interior.

Los presos, todos ellos comunes, pues en esta prisión ya no hay, según nuestras noticias, presos políticos, lograron ascender hasta el tejado del edificio a través de las ventanas que dan al patio.

La intención principal de los presos era llamar la atención acerca de su cautiverio y expresar su petición de amnistía. Con ello se sumaban a las reivindicaciones que otros presos, en distintas prisiones españolas, como Carabanchel o Cádiz, están manteniendo estos días. Los presos de Zaragoza habían conocido tales acciones a través de la radio y de la televisión y decidieron ayer seguir el ejemplo de sus compañeros.

Hace dos días en la prisión de Carabanchel, ocho miembros de la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha) subieron a la terraza de la quinta galería de dicha cárcel profiriendo gritos de amnistía total y de libertad para todos los presos. Con ello se iniciaron acciones que luego se fueron agravando, en apoyo de esta petición de libertad. Ayer, los presos de la Prisión Provincial zaragozana emprendieron, por su parte, su acción de protesta por su cautiverio. Numerosas personas pudieron observar desde las calles cercanas el curioso hecho.

POR LA NOCHE CONTINUABA LA MANIFESTACIÓN

A las diez y cuarto de la noche, un grupo de militantes de la CNT se acercaron a los muros de la prisión y profirieron gritos de apoyo a los presos. «Presos a la calle; comunes también», gritaban. Por su parte, los encarcelados decían: «Viva la población civil» y «Compañeros, hermanos, ya no estamos olvidados». También aludieron a la COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha). A las diez y veinticinco, la fuerza pública despejó la calle Ansó, donde se hallaba el grupo de la CNT, sin que se produjeran incidentes.

Desde las diez de la noche, los presos, utilizando cuerdas, subieron al tejado mantas y víveres, manifestando así su intención de pasar allí la noche. A primeras horas de la madrugada, de hoy, los presos continuaban en lo alto del edificio.

En todo momento la actitud de los presos ha sido pacífica. El director de la prisión provincial nos diría, mediada la tarde, que «son pacíficos hasta ahora; espero que desciendan del tejado sin plantear mayores conflictos». Como, antes indicábamos, cientos de personas, entre ellos numerosos familiares de los presos, han seguido desde las calles adyacentes a la prisión la insospechada manifestación.

Los bares cercanos a la cárcel hicieron ayer su agosto. En ningún momento se produjeron incidentes en la calle y no tuvo que intervenir la fuerza pública.

Actualmente en la prisión provincial de Zaragoza están recluidos 127 presos.

A las seis y media de la tarde, el abogado Luis Saldaña, en nombre de la Junta de gobierno del Colegio de Abogados, pudo cambiar impresiones con los amotinados durante una hora. A una distancia de tres metros, a través de las dependencias destinadas a las mujeres detenidas y sin ayuda de ningún megáfono conversó con ellos. A las siete y media, los presos realizaron una votación y se acordó deponer su actitud a las ocho de la tarde, hora a la que la situación quedó normalizada.

Noticia de hemeroteca recopilada por Elena de la Riva y Mapi Rodríguez. Documentación de Heraldo de Aragón.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión