El 29 de junio de 2007, el mundo cambió para siempre. Apple lanzaba al mercado el iPhone, el verdadero teléfono inteligente. Un dispositivo diferente, sin teclado físico y con una pantalla táctil de 3,5 pulgadas, que hoy parece diminuta y entonces era enorme.

Aquello parecía magia. Pellizcando la pantalla podías hacer ‘zoom’ en las fotos que habías tomado con su cámara de unos alucinantes 2 megapíxeles, que, por aquel entonces, era una de las mejores del mercado. Reproducía música como un iPod y permitía navegar por internet como un ordenador.

Apple no fue pionera en ninguna de estas innovaciones, ya existían otros ‘gadgets’ que hacían lo mismo que el iPhone, pero sí supo marcar el camino de una nueva generación de dispositivos que han acabado por ocupar un lugar en todos los bolsillos del planeta.

Desde entonces, los ‘smartphones’ han cambiado mucho: son más finos y ligeros, pero tienen pantallas cada vez más grandes y tienen más píxeles de los que el ojo humano es capaz de percibir; son más potentes y navegan por internet más rápido que algunos ordenadores personales. Además, para muchas personas, han sustituido a los reproductores de música, las cámaras de fotos, la radio, los periódicos...

En 2017, coincidiendo con el décimo aniversario, todo apunta a que Apple prepara una verdadera renovación del iPhone. La principal novedad del nuevo ‘smartphone’ –del que ni si quiera se sabe el nombre y que será presentado en septiembre– sería una pantalla que ocupará todo el frontal del teléfono, reduciendo los bordes a la mínima expresión, eliminando los botones físicos e incluyendo el lector de huellas en el propio panel táctil.