Los primeros usuarios del Galaxy S8 de Samsung en Corea del Sur no han quedado muy contentos con su compra.

Una semana antes de su salida oficial en ese país, prevista para este viernes, varios de sus primeros compradores han comenzado a quejarse. ¿El problema? Las pantallas de sus teléfonos tienen un tinte rojo que arruina la fidelidad de color y causa molestias al leer sobre fondo blanco.

Se trata de un defecto relativamente común en los paneles OLED, que ofrecen un contraste infinito y un menor consumo, pero en ocasiones adolecen de problemas de retención de imagen o tintes de color azulado, amarillento o magenta.

Los responsables de Samsung en Seúl han señalado en un comunicado que "el Galaxy S8 se ha construido con una pantalla adaptativa que permite optimizar la cadena de colores, la saturación y la nitidez dependiendo del entorno" en el que se use el móvil. Además, han afirmado que "todos los móviles de Samsung han sido probados para mantener un alto nivel de calidad".

Según han explicado desde la compañía, el consumidor puede rebajar la intensidad del rojo para equilibrar la temperatura de la pantalla. Aunque al disminuir la intensidad de los colores se reduce el brillo máximo. Desde Samsung también han ofrecido la posibilidad de cambiarlo por un nuevo terminal "si se confirma un defecto de hardware".

En Europa, los terminales estarán disponibles en el mercado una semana más tarde, a partir de 809 euros.