Pintalabios, rimmel, lápiz de ojos, cubreojeras, polvos, iluminador… todos estos productos son irrenunciables para muchas mujeres. Para algunas, el maquillaje es un modo de jugar con la propia feminidad, pero también puede ser el modo de tapar los pequeños defectos de la piel, y simplemente, sentirse más guapa. No hay nada de malo en ello, siempre y cuando no nos

Verse  con una apariencia bella y agradable es una necesidad natural. Pero lo importante es vivirla como una demanda no ligada a los modelos a imitar, sino a nosotras mismas.

1.- Con la cara libre de maquillaje te sientes incómoda. ¿Qué hacer? Comienza gradualmente a eliminar un producto cada vez. Con un maquillaje más natural conseguirás más fácilmente aceptar tu imagen en versión “agua y jabón”.

2.- No estás acostumbrada a verte sin maquillaje. Coge la buena costumbre de desmaquillarte nada más llegar a casa, de manera que vayas teniendo cada vez más confianza con esa que es tu imagen natura.

3.- Maquillarte representa para ti una forma de expresar tu creatividad. Ligar el gesto de maquillarse a la creatividad y a la imaginación ayuda a verlo como un juego y no como una necesidad irrenunciable. ¿Realmente es para ti un juego o representa algo más serio que no quieres reconocer?

4.- No consigues aceptar tus (pequeñas o grandes) imperfecciones. Verse más bella es un deseo natural, lo importante sin embargo es verlo no como una exigencia de emular a nadie, sino a ti misma.

5.- No asumes que el tiempo pasa. El maquillaje no es otra cosa que un modo de intentar comunicar a los otros algo de nosotras mismas y de nuestra propia personalidad, más allá del tiempo que pasa.

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