"Hay que aprender de las situaciones negativas, es la mejor manera de salir fortalecido de ellas"

El nuevo libro de Cristina Soria, 'Adiós, Tristeza', le ofrece al lector 18 pasos para recuperar la alegría.

Cristina Soria, autora del libro 'Adiós, Tristeza'.
Cristina Soria, autora del libro 'Adiós, Tristeza'.

“Nunca te olvides de sonreír, porque el día que no sonrías, será un día perdido”. Esta frase, pronunciada por uno de los mejores cómicos de todos los tiempos, Charles Chaplin, parece ser el mantra que inspira cada día a Cristina Soria, quien conquista con su sonrisa a las miles de personas que la siguen en los diferentes programas de televisión en los que interviene, en las sesiones de coach que imparte o en las charlas a las que acude como experta ‘executive’ y ‘life coach’, además de periodista.

En su último libro, el cuarto en su trayectoria literaria, que lleva por título ‘Adiós, Tristeza’,  cuenta un episodio personal muy duro, que coincidió con el nacimiento de su hija. Un episodio que la hizo más fuerte, valiente y empática con los demás y le hizo sacar lo mejor de sí misma. Una vivencia que, junto a otros episodios de su vida más reciente, le animó a escribir este libro para demostrarle a la gente que no hay que tirar nunca la toalla y que hay luz más allá del túnel. Todo un alegato que define su forma de ser y de vivir y que ahora desgrana en esta entrevista concedida a Heraldo.es

Suele decirse  que son precisamente las tormentas las que hacen crecer las raíces de los árboles, de ahí se afirme que la tristeza nos enseña a conocernos mejor y nos ayuda a salir fortalecidos de situaciones difíciles. ¿Está de acuerdo?

Totalmente. En esta vida todos salimos fortalecidos de situaciones duras o tristes. Todo depende de nuestro carácter. Hay gente que se queda anclada en el papel de víctima y cree que todo el mundo tiene la culpa de sus males y otras personas que tienen una gran capacidad de aprender y superar estas situaciones y salir de ellas con energía y alegría. Yo siempre digo en mis sesiones las personas tienen que aprender de las situaciones negativas, del dolor y del sufrimiento, porque es la mejor manera y la única de salir fortalecido de ellas.

En su libro pone el ejemplo de varias historias de personas muy generosas, como Ángel,  que han vivido situaciones muy duras, pero que han pasado por la vida haciendo más fácil y alegre la existencia de los demás. ¿Este tipo de personas nacen así o van conformando su manera de ser a medida que van creciendo?

En la mayoría de los casos se trata de personas que nacen así, con esa predisposición a ser felices. Pero son muchas más las personas que aprenden a ser felices, a superar la adversidad, a hacerle frente. En el caso concreto que hablamos, son seres humanos que no se han quedado con la parte egoísta de la queja, porque no han querido hacer sufrir a la gente que les rodea. Y en uno de los casos, cuando tuvo que irse, supo hacerlo de  forma muy generosa, sin causar dolor entre los que se quedan aquí.

¿Los hábitos que adquirimos desde niños, los reflejos que vemos en nuestros padres, pueden llevarnos hacia la tristeza de adultos o por el contrario nos ayudan a salir de ella?

La educación, tanto la que recibimos en casa como en el colegio, es fundamental. Desde pequeños nos van transmitiendo mensajes y creencias que dirigen nuestra vida. Si las personas que me educan son positivas, cercanas y con sentido del humor, creceré así, con seguridad, libertad y optimismo, porque es el patrón que me dejan. Y lo mismo ocurre en el caso contrario. Si crezco rodeada de miedos, de dudas e inseguridades, de adulto responderé a este perfil.

¿Las experiencias nos pueden transformar?

Sí. Las experiencias nos van transformando. Lo que yo vivo me va dejando pequeñas huellas en el cerebro que forman creencias sobre mí. Es una coctelera en la que se mezcla todo y eso hará que de adultos seamos de una manera u otra. En este sentido, el coaching es muy importante porque siempre tenemos la posibilidad de cambiar las cosas. Nos costará más o menos, dependiendo de los valores con los que hemos crecido y nuestras circunstancias personales, pero podremos lograrlo.

¿Qué papel juega la gente cercana para ayudarnos a superar los episodios de tristeza?

La gente que nos rodea es muy importante. Hay personas tóxicas que nos roban la energía y personas optimistas y positivas que te ayudan a ser más positivo. Todo se contagia. Por eso, si estamos rodeados de una familia estable y feliz y unos amigos que también lo son, tenderemos a ser más felices en nuestra vida.

¿Cómo es posible detectar a una persona tóxica?

Por la forma en la que se comunica contigo y con los demás. Son personas que están todo el día quejándose, viendo solo las cosas negativas. Son personas que te llaman solo para contarte problemas, nunca alegrías. Y cuando te llaman nunca te preguntan cómo estás tú, se limitan a decirte lo mal que están ellas.

¿Y qué pasa cuando estas personas son amigos o familiares cercanos?

En ese caso es más difícil darles la espalda. Pero el cuerpo lo nota y son personas que te captan la energía. Hay veces en las que vas a una casa y te das cuenta de que no percibes buenas vibraciones, no te da buen rollo, mientras que en otras casas te sientes a gusto, feliz y contento. Todos nos relacionamos con energía y el cuerpo, que es muy sabio, lo percibe todo y aunque a veces intentemos autoengañarnos, porque es gente muy cercana a la que nos une un vínculo de cariño y amor, lo cierto es que nuestro organismo rechaza esas situaciones mostrándose cansado o más sensible.

A medida que crecemos, el individuo se va volviendo más temeroso y negativo. ¿Cómo podemos vencer al desánimo?

De niños no vemos el peligro y hacemos auténticas locuras. Pero al ser adultos nos volvemos más temerosos. Además, el hecho de ser padres o madres nos hace ampliar los radares de peligro. Pero hay tres herramientas que nos ayudarán a darnos cuenta de si realmente estamos desanimados y cómo solucionarlo. Por eso, en primer lugar hay que recapacitar sobre nuestros valores y ver si los estamos respetando o por el contrario nos hemos alejado de ellos. Es decir, si me han criado con apego a la familia y de mayor no la atiendo lo suficiente o si me han criado en la bondad y ahora soy una persona poco generosa con los demás.

En segundo lugar, hay que relacionarnos bien con nosotros mismos. Tenemos que pararnos a pensar lo que necesitamos e intentar dárnoslo. Por ejemplo, pequeños ratos de ocio para disfrutar de nuestros hobbies, o instantes de soledad para reencontrarnos con nosotros mismos.

Y, en tercer lugar, yo siempre hablo de la rueda de la vida. A lo largo de nuestra existencia hay aspectos que nos hacen ser más felices, como es la familia, la salud, nuestro desarrollo personal. En momentos de apatía y tristeza hay que detectar qué falla de todo esto, para trabajar esos puntos y poder transformarlos y superar ese estado de desánimo.

Este libro es un texto positivo, escrito por una mujer optimista, que renació de sus cenizas en un momento puntual de su vida, y que lo hizo apoyada por su familia y amigos más cercanos. Un libro en el que queda claro el mensaje de que la vida es una noria de emociones, que suben y bajan sin avisar. Personalmente, ¿en qué momento personal se encuentra ahora, con la publicación de ‘Adiós tristeza’?

Me siento feliz, muy ilusionada, tanto como con mi primer libro y con muchas ganas de que a la gente le guste y le ayude.  ‘Adiós tristeza’ ha sido una gran terapia para mí, porque además de poder ayudar a los demás a detectar su apatía y desgana y a ponerle remedio, que es para lo que lo he escrito, también me ha servido para verbalizar cómo me he sentido yo antes de escribir este libro.

Portada del libro Adiós, Tristeza.

Perdonar y reír
Los 18 pasos que usted recomienda seguir en su libro se basan en trabajar tanto el exterior como el interior. ¿De entre todos ellos, qué cinco consejos nos daría para recuperar la alegría en momentos de desánimo?

1.- Capacidad de perdonar. Si no agradecemos lo que aprendemos de las circunstancias negativas seremos incapaces de ir hacia adelante 2. Reconocer nuestro pensamiento y forma de comunicarnos. Si tenemos pensamientos negativos nos costará más relacionarnos con los demás y superar las adversidades. Por eso, hay que transformar las palabras que restan por otras que sumen y hacerlo de forma consciente. 3.- Cuidar la alimentación. Si como sano y no hago un uso abusivo de alimentos perjudiciales mi estado de ánimo mejorará y lo hará mucho más si practico ejercicio físico con regularidad. 4.- Engañar al cerebro y jugar con él. Cuando estoy mal anímicamente, no me cuido, no me doy pequeños caprichos, evito momentos agradables de ocio. Y entramos en un círculo vicioso. Por eso, hay que engañar al cerebro y obligarme, por ejemplo, a arreglarme un poco aunque esté en casa, a buscar colores que me animen o a concederme pequeños caprichos. Si empiezo a verme mejor, me sentiré mucho mejor, poco a poco. 5.- Superar la apatía. La sonrisa es una solución infalible. Cuando nos reímos utilizamos muchos músculos, no solo de la cara, ya que la risa nos aporta muchos beneficios. También hay que recurrir al sentido del humor para afrontar situaciones de la vida y, sobre todo, hay que relacionarse con personas con mucho sentido del humor. Si la risa no te sale espontáneamente hay que forzar la sonrisa por la mañana, haciendo ejercicio delante del espejo, porque de esta manera le estoy mandando a mi cerebro el mensaje de que estoy sonriendo. No hay nada mejor que ir con una sonrisa por la vida, porque es la mejor manera de recibir más sonrisas por parte de los demás.

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