¿Se puede comer la corteza del queso?

Una delicia para unos y un verdadero asco para otros. La polémica está servida.

Un cremoso y aromático queso camembert.
Un cremoso y aromático queso camembert.
Pixabay

El mundo se divide en dos bandos irreconciliables. Quienes devoran con fruición la corteza del queso y quienes la retiran con cara de asco antes de catarlo.

Más allá de gustos personales, hay que preguntarse si es sano comerse la capa exterior de nuestros quesos favoritas. Y la respuesta es... que depende del tipo de queso.

La legislación española permite el uso de diversos productos en la superficie de los quesos madurados. Del aceite de oliva, al pimentón, pasando por el vino, la cera, la parafina o diferentes polímeros. Por eso, podemos distinguir entre quesos de corteza natural y quesos de corteza artificial.

Las primeras son las que se forman en el proceso de secado del queso. En algunos casos se cubren de moho y en otros, aparecen teñidas de algún color, si la pieza se sumerge en vino, aceite o si se ahúma. Todas ellas son comestibles, aunque determinados añadidos de la corteza pueden darle sabores amargos o muy fuertes que resultan poco apetecibles.

En cuanto a las cortezas artificiales, se utilizan ceras o polímeros. Aunque estos aprueban todas los requisitos de Sanidad y no son tóxicos, es más recomendable retirarlos antes de disfrutar del delicioso interior del queso. Ganamos en salud y, lo que es más importante, en sabor y en textura.

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