Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Los síntomas de la fatiga al volante

Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad de Granada han creado un sistema de bajo coste que detecta síntomas de fatiga y distracción en los conductores, por lo que puede ayudar a prevenir posibles accidentes en carretera. Incluye una serie de sensores para monitorizar al conductor y dispositivos acústicos de alerta.

El nuevo sistema de bajo coste detecta la fatiga y situaciones de distracción en los conductores
El nuevo sistema de bajo coste detecta la fatiga y situaciones de distracción en los conductores
Unsplash

La fatiga presenta una amplia variedad de síntomas:

visión borrosa y aumento del índice de parpadeo  ansiedad cambios en el comportamiento del conductor incremento del número de movimientos para acomodarse en el asiento  y, lo que es más importante, aumenta el tiempo de reacción del conductor ante una determinada situación peligrosa en la carretera.“Por esta razón, es importante contar con sistemas capaces de detectar estos síntomas, para ayudar a aumentar la seguridad del conductor", destaca Jaime Lloret, investigador del Instituto de Investigación para la Gestión Integrada de Zonas Costeras, en el campus de Gandia de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). Dos equipo de científicos de esta universidad y la de Granada han diseñado un nuevo sistema de bajo coste que detecta la fatiga y situaciones de distracción de los conductores.

El sistema consta de cuatro sensores que monitorizan diferentes parámetros físicos del conductor y su posición al volante. A partir de estos datos, es capaz de generar una serie de señales acústicas si percibe algún riesgo, alertando al conductor y evitando así un posible accidente.

Mientras "la mayoría de las soluciones actuales se centran en el movimiento de los ojos y la detección de rostros, nuestro sistema va más allá”, asegura.

El sistema

El sistema ideado por los investigadores consta de una placa electrónica que actúa como unidad central de procesamiento, dos sensores de presión ubicados en el volante y otros dos que miden la temperatura del conductor -están por duplicado para monitorizar ambas manos; un sensor de luz en el reposacabezas que alertaría de posibles cabezadas al conducir; y el dispositivo (zumbador) que genera la alarma acústica en caso de detectar un estado de fatiga o distracción del conductor.

Todo esto se completa con un sensor de choque que detecta colisiones o frenado repentino y un pulsador colocado en el volante que sirve para resetear el sistema. “Después de generar una alarma el conductor tiene que deshabilitarla presionando el botón”, aclara Sandra Sendra, investigadora de la Universidad de Granada.

Los sensores están conectados a la placa electrónica central, que recibe datos de los sensores cada segundo y los procesa y analiza mediante un algoritmo, para comprobar si los valores recogidos permanecen dentro de los umbrales considerados normales o seguros. Cuando cualquiera de estos sensores supera estos umbrales, el algoritmo trata de definir si es una falsa alarma o si los sensores han registrado una posible situación de fatiga o distracción del conductor del vehículo. En este caso, se activa la señal acústica que sirve de alerta al conductor.

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