Disfrazarse suele ser uno de los entretenimientos favoritos de los niños y el carnaval el momento ideal para hacerlo y salir a la calle, de modo que son muchas las familias que estos días cavilan sobre cómo vestir a sus hijos en una fecha tan emblemática.

Si se busca confeccionar un disfraz bonito y barato, donde también juegue un papel importante la creatividad de los niños, lo mejor es optar por las múltiples posibilidades que parten de una bolsa de basura.

Veamos cómo confeccionar el divertido atuendo en tres sencillos pasos:

El cuerpo del disfraz. Se coloca en horizontal una bolsa de basura de tamaño medio, de manera que quede abierta la parte inferior. Se dobla por la mitad formando un rectángulo y en la parte superior se hace un corte en forma de semicírculo que hará de cuello. En el otro lateral del rectángulo, más abajo, hay que hacer otro semicírculo que sirva para meter los brazos. Así, ya tendríamos el traje base, eligiendo el color de la bolsa que más convenga. Así, para un disfraz de cebra, brujo o noche estaría bien el negro, pero para un disfraz de payaso, mariachi o de flor, lo ideal sería un color vivo.

Los motivos característicos del tema o personaje. Con cartulina, pegamento y tijeras se puede acoplar al traje cualquier motivo que se nos ocurra. Para la cebra, serían las rayas blancas, para el brujo, telarañas y harapos de colores y para la noche, estrellas y lunas, por ejemplo. En el caso del payaso, unos botones grandes en forma de círculo darán el toque, si se trata del mariachi, las propias bolsas de basura pueden cortarse en forma de flecos en la parte inferior de la bolsa-traje, y en caso de flor, una corola de pétalos de colores no dejará lugar a dudas del tema del disfraz. Aquí la imaginación desempeña un papel importantísimo. Complementos para el toque final. De sombreros a diademas o pelucas, pasando por  instrumentos y herramientas de todo tipo, mallas de colores, collares zapatos, maquillaje y un sinfín de posibilidades adicionales... todo lo que se nos ocurra que tenga que ver con el disfraz tiene cabida.El resultado, un disfraz en el que puede participar toda la familia y que permite, sobre todo, soñar y divertirse. Eso es el carnaval.