¿Quién inventó las gafas de sol?

No pueden faltar en una jornada soleada, pero son mucho más antiguas de lo que parecen.

Las gafas inuits, las predecesoras de las actuales gafas de sol.
Las gafas inuits, las predecesoras de las actuales gafas de sol.
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Se popularizaron en la II Guerra Mundial, cuando los pilotos las usaban para evitar reflejos en sus arriesgadas misiones de ataque. Pero la historia de las gafas de sol comenzó miles de años antes y lejos del centro de Europa.

Fue hace 12.000 cuando los pueblos esquimales crearon las que están consideradas las primeras gafas de sol. No se trataba de unas gafas al uso, con cristales tintados, pero su objetivo era evitar la peligrosa radiación solar que refleja la nieve y que puede producir ceguera a quienes viven en un escenario de hielo constante.

Mediante conchas o trozos de madera, construían una especie de antifaces con unas pequeñas ranuras por las que entraba solo la luz justa para poder ver -como ilustra la imagen superior-, pero que reducían mucho el impacto de los rayos UV en la retina. De este modo, los ojos estaban protegidos y se reducían los daños por el sol.

Tuvieron que pasar muchos siglos, para que se hicieran los primeros experimentos con cristales tintados, el precedente directo de las gafas de sol que usamos hoy en día. En el siglo XVIII, el óptico y diseñador británico James Ayscough fabricó las primeras lentes tintadas de verde y de azul, que usaba para tratar problemas de visión.

Poco a poco, el invento se fue perfeccionando hasta convertirse en las gafas que conocemos hoy: un complemento de moda y estilo casi imprescindible para enfrentarse a una jornada soleada.

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