Diez frases que todos los padres han dicho alguna vez

¿Te suenan? ¿Han dicho tus padres estas frases alguna vez? Seguro que más de una. Recopilamos algunas míticas que todo progenitor ha pronunciado.

Hay frases que todos los padres han repetido y que los futuros progenitores repetirán.
Hay frases que todos los padres han repetido y que los futuros progenitores repetirán.

"¿Te crees que el dinero crece de los árboles?" "Cualquier día cojo la puerta y me voy". "Lo que hagan los demás me da igual". "Vaya ejemplo estás dando". "Ya me lo dirás cuando tengas hijos". Estas frases solo son algunos ejemplos de las muchas que salen por la boca de padres y madres de todo el mundo. Seguro que tus padres han dicho las siguientes frases alguna vez. 


 
  "¿Qué hay para comer? Comida": no me digas... Esta o su variante “comida sin comer”. Cuando se está muerto de hambre y alguno de tus padres soltaba esta frase, se encendían todos los fuegos del infierno. La venganza llegaba con: “Me han dado las notas. ¿Y qué has sacado? Una nota”. "¿Crees que soy el banco de España?": el temido momento de pedir dinero a los progenitores es aún peor cuando te das cuenta de que no son una fuente de riqueza. Imperdible la cara de póquer que se queda cuando ya se cierra el monedero y apenas te han dado cinco euros. "A mí lo que hagan los demás me da igual": Ah... pero luego bien los comparaban con las notas, el comportamiento, o los logros que iban consiguiendo los demás. Pero ni se te ocurriera decir que iban a hacer alguna locura o compararlos para salvar tus malas notas. "Como vaya yo y lo encuentre...": la frase inacabada con la que temblaría hasta el propio diablo. Y no se sabe por qué, pero las madres sobre todo siempre encontraban lo que se estaba buscando, aunque tú ya hubieras mirado donde buscaba ella 1500 veces. "Cualquier día cojo la puerta y me voy": “pero, ¿te vas a llevar la puerta?” Cuando uno de los padres pronunciaba esta frase ya te veías viviendo como un náufrago a la deriva: sin ropa, sin comida, aprendiendo a sobrevivir sin puerta... "Bebe el zumo o se le irán las vitaminas": si uno no se bebe rápido el zumo natural, la mezcla de líquido y sólido que queda no es agradable. Pero de ahí, a que se le vayan las vitaminas... hay que tener ganas de meter presión. "¿Te crees que soy tu sirviente?": hay que reconocer que vivir con los padres es preocuparse menos (que no olvidarse) de ciertas tareas: fregar, lavar, planchar, limpiar... Por mucho que ayudes, seguro que tus padres te encuentran en tu momento de relax mientras ellos se desloman por mantener un ambiente adecuado. "No andes descalzo": es de lógica común pero, ¿quién puede negar ese placer que se siente al ir descalzo? Aún sabiendo lo que se siente, tus padres te obligarán a ir calzados para evitar resfriados. "Es la primera vez que me siento en todo el día": quien diga que su madre no ha dicho ninguna vez esta frase, miente. Tanto las que trabajan en casa, como fuera de ella, como las que lo hacen en ambos sitios. Parece que fuera de casa no existan sillas, asientos o bancos. Aunque hay que reconocer que ninguno como el cómodo sofá de casa. "Me vas a matar a disgustos": uno detrás de otro además. El oro a la exageración es para esta frase con la que los primogénitos dan comienzo o zanjan alguna conversación trascendental con sus hijos.

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