Usar el móvil durante la comida engorda

Un estudio de la Universidad de Kioto sobre 213 estudiantes japonesas de entre 18 y 20 años muestra que las que comían mirando el móvil aumentaron de peso tres kilos.

Mirar el móvil en vez de prestar atención a la comida hace que engordemos
Mirar el móvil en vez de prestar atención a la comida hace que engordemos
Prostooleh / Freepik

“¡Deja ese móvil que estamos comiendo!”. Cuántos padres de chicas adolescentes no repetirán todos los días esta frase para reñir a sus hijas sentadas a la mesa y empeñadas en leer o contestar mensajes a sus grupos de whatsapp. Si las recriminaciones de sus padres les causan poco o ningún efecto, seguro que lo que acaba de descubrir un investigador japonés les interesa mucho: usar el smartphone en la mesa, engorda.


Y hablamos de chicas adolescentes porque precisamente se ha hecho el estudio sobre un grupo de 213 estudiantes japonesas de entre 18 y 20 años. La investigación, dirigida por el profesor Tomoro Fujiwara, de la Universidad Notre Dame de Kioto, partía de la constatación previa de que las aplicaciones de control de peso de los móviles han ayudado a perder peso a muchas personas, pero Fujiwara quería saber cuánto de ese exceso de peso podía estar provocado por los propios smartphones.


Las participantes se dividieron en dos grupos, las que usaban el móvil mientras comían y las que no (resultó que dos tercios usaban el móvil en la mesa). A todas ellas se les pesó y midió antes de iniciar el estudio para calcular su índice de masa corporal. Al cabo de los tres años del experimento, aquellas que no dejaban el móvil durante las comidas engordaron una media de tres kilos.


El estudio demuestra claramente que el uso del smartphone durante la comida está asociado a un aumento del peso. Pero ¿por qué? La razón es que estar atenta al móvil ‘despista’ al cerebro y hace que no funcione en él la función saciante que haría que dejáramos de comer.


“El sabor afecta a la ingesta de comida junto con otras cualidades organolépticas y sensoriales como el aspecto, el olor, la textura o que esté fría o caliente”, explica Fujiwara. “En el cerebro, el sentido del gusto coopera con el de la vista, el olfato… y juega un importante papel en el control del apetito. "El primer contacto sensorial con la comida es a través de los ojos. Es evidente que usar el móvil mientras comemos hace que no miremos el plato, reduciendo los efectos de la vista sobre el sabor. Esto hace que las sensaciones que le hacen percibir al cerebro que estamos ingiriendo un alimento se retrasen lo que hace que acabemos comiendo de más”.


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