Cinco croquetas 'gourmet' para disfrutar de la cocina tradicional

La reina del tapeo nacional admite tantos ingredientes como quiera el cocinero de turno, desde los más básicos a los más exclusivos. Todo le sienta bien.

Croquetones de bacalao de la Taberna Agrado.
Croquetones de bacalao de la Taberna Agrado.
triBall

La croqueta es una preparación tradicional que va más allá de la cocina de aprovechamiento. Y es que esta delicia se ha convertido en todo un emblema de la gastronomía nacional, y en una de las tapas más solicitadas en las barras de los bares y restaurantes de todo la geografía española. Tanto es así, que este rico manjar tiene su propio día internacional, el 16 de enero, todo un reconocimiento a su papel en las cocinas a lo largo de los años.


Aunque en la teoría hacerlas es de lo más sencillo, conseguir que el interior sea suave y sabroso y el exterior dorado y muy crujiente no siempre en sencillo, y requiere práctica y destreza. Por ejemplo, es importante que la masa tenga la cantidad justa de harina y bechamel y que no tenga grumos, y que el granulado de pan rallado del envoltorio sea grueso para potenciar las texturas.


Dominada la técnica, todo es cuestión de creatividad, pues el relleno de las croquetas admite mil y un ingredientes: con carne, pescado, verduritas, quesos y miles de salsas para acompañarlas. Pero por si acaso las idea fallan, a continuación acercamos cinco recetas de croquetas 'gourmet' para disfrutar de esta receta en compañía de familia y amigos.


1. Croquetas de solomillo al roquefort

El solomillo al roquefort es de esos platos que hacen las delicias de mayores y pequeños, ya sea por la carne jugosa y rosada o por la intensidad del queso hecho salsa potenciado por la sal y la pimienta. Pues en croqueta también está delicioso. Los ingredientes son sencillos (solomillo, roquefort, bechamel, huevos, pan rallado casero, sal y pimienta), y el resultado espectacular.


NOTA: Hay que prestar atención a la hora de marcar el solomillo antes de picarlo para que no se haga mucho, pues después al freír las croquetas ya acabadas puede pasarse y quedarse seco. También hay que intentar no trocear demasiado la carne, así aseguraremos que en cada bocado hay una explosión de sabor solomillo con roquefort.

Solomillo


2. Croquetas de almejas a la marinera

Esta receta de croquetas es aún más sencilla que la anterior, pues solo hay que unir las sobras de este rico guiso marinero con una bechamel ligera que cogerá el regusto a vino blanco de las almejas, rebozar en pan rallado aderezado con perejil, y ¡listo! Bocados de mar sabrosos e ideales para comer sin necesidad de cubiertos.

Almejas


3. Croquetas de risotto de boletus

Aunque el risotto reposado es un auténtico majar, también lo es en forma de croquetas, y, además, no da demasiado trabajo. Solo hay que hacer una bechamel básica (sin muchos aderezos para no restar sabor al guiso) para ligar el arroz y darle ligereza (evitando que tragar un bocado sea misión imposible).

risotto


4. Con carabineros y alioli

Quien dice carabineros dice gambitas, camarones, bogavantes o, quien sabe, langosta. Para hacer estas croquetas primero habrá que hacer un fumet con las cáscaras para dar mucho sabor, pasar a la plancha los cuerpos (y desmigajarlos posteriormente) y unirlos los dos anteriores a una bechamel bien consistente y correctamente salpimentada. ¿Delicioso, verdad?

Alioli


5. Croquetas de morcilla y calabaza

Sabrosas y muy de la tierra. Así son estas croquetas de morcilla y calabaza, para las que es necesario contar en la despensa con bechamel, los dos ingredientes principales, piñones y puerros

Calabaza


Ahora, ¡a cocinar y disfrutar con este bocado!


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