Cada vez son más las mujeres que deciden dar el salto y trabajar por cuenta propia montando su propio negocio. Sin embargo, el número de hombres que abren una empresa continúa siendo notablemente mayor. Recientes informes muestran que la mujer española quiere arriesgarse y se anima a emprender cuando se siente respaldada socialmente.

Tras constatar que existe esta brecha de género, da sus primeros pasos el proyecto Wo-mentrepreneurs, en el que participan Malta, Italia y España, países que comparten esta problemática.

El principal objetivo del proyecto, explica Elena Pallarés, su responsable en Itainnova, es "proporcionar apoyo, conocimiento, técnicas y herramientas para mujeres jóvenes que deseen ser emprendedoras". La decisión de centrar la atención en este sector poblacional se debe a que "existe en estos países una deficiencia real de emprendimiento en el ámbito femenino". "Las mujeres –asegura– necesitan en muchos casos un apoyo extra formativo y consultoría individualizada que dote de apoyo a su idea de negocio".

Por eso, treinta mujeres emprendedoras serán formadas y guiadas por otras emprendedoras para lanzar su proyecto o mejorar alguna idea de negocio reciente o que quieran poner en marcha. "El hecho de que sean otras mujeres emprendedoras quienes lideren ambas acciones aporta un valor añadido y añade empatía al grupo de mujeres, facilitando el apoyo a la igualdad de género", destaca Pallarés. Mediante esta formación, se les apoyará en el desarrollo de su idea de negocio, proporcionándoles información y conocimientos sobre ayudas y subvenciones para la creación de ‘start-ups’. El servicio, de carácter gratuito, incluirá información práctica relacionada con el emprendimiento, el paso de la idea al producto, la producción, el márquetin, etc.

Desde Itainnova, "queremos implicar a mujeres de todos los ámbitos de nuestra Comunidad, incidiendo también en el mundo rural, pero contando con asociaciones e instituciones de mujeres y emprendimiento de Aragón que ya hacen una gran labor".

La iniciativa se enmarca en el programa Erasmus+, dentro de la acción clave de Cooperación para la Innovación e intercambio de buenas prácticas. Liderado por la Fundación para el Empoderamiento de la Igualdad de Género de Malta, el proyecto evaluará previamente el estado del arte de los tres países participantes y de Europa en general.Miedo al fracaso

Según el Informe GEM Observatorio del emprendimiento, buena parte de los factores que explican la brecha de género observada en el emprendimiento en España se centran en los factores psicológicos y sociales y el apoyo prestado a las mujeres emprendedoras.

Si bien las diferencias de género en los condicionantes psicológicos y sociales de la actividad emprendedora son pequeñas entre las personas que ya son empresarias, se vuelven notables en la población no empresaria: "Hay menos mujeres no empresarias que consideran que tienen habilidades y conocimientos suficientes para poner en marcha una pequeña iniciativa. Y el miedo al fracaso es un obstáculo mayor para ellas".

El número de emprendedoras crece en España desde 2008. Desde ese año, alrededor de un tercio de las microempresas creadas en nuestro país lo fueron de la mano de mujeres. Antes de esa fecha el porcentaje era del 20%. Este incremento en la proporción de mujeres durante los últimos años revela, según recoge un resumen preliminar sobre el estado del arte en mujer y emprendimiento que maneja el proyecto Wo-mentrepreneurs, "un despertar del emprendimiento entre las mujeres españolas pese a la crisis", aunque por cada trabajadora por cuenta propia sigue habiendo dos autónomos varones.

De acuerdo con el informe GEM Observatorio del emprendimiento (2014), el 41,5% de los emprendedores en fase inicial y el 42,6% de los emprendedores consolidados son mujeres. La diferencia se reduce entre los emprendedores potenciales (quienes afirman tener la intención de poner en marcha una empresa en los próximos tres años), donde las mujeres alcanzan el 49,8%.

Actualmente el porcentaje de mujeres emprendedoras supone un 35% del total de emprendedores; y la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) femenina en España se ha estabilizado en un 4,5% tras la caída que sufrió con la crisis. Este dato, contrasta con la media mundial, que se sitúa en el 11%, debido a que en 61 economías de todo el mundo se ha incrementado en un 7% en los últimos dos años. España tiene más trabajadoras autónomas que la media europea, con un 32,6% frente al 30,9% de la media comunitaria. Y la tasa de mujeres emprendedoras es superior a la de Bélgica, Francia o Alemania.

El perfil de la mujer emprendedora en nuestro país se corresponde con el de "una mujer joven, de entre 24 y 31 años, preparada y con sensibilidad y facilidad para detectar rápidamente cualquier oportunidad de negocio". Pese a que la TEA en España es inferior a la de otros países europeos, se compensa con el alto porcentaje de negocios consolidados por empresarias españolas, mayor que el de la media europea.

Aunque el perfil de la mujer emprendedora es muy similar al de sus pares masculinos, hay diferencias en el tipo de empresas que constituyen: las empresas creadas por mujeres contratan menos empleados (1,7) que las de los hombres (1,85); el 62,3% de las empresas fundadas por mujeres están en el sector consumo, frente al 47,7% de los hombres; solo el 4,8% de las empresas creadas por mujeres tienen su base en la tecnología, frente al 7,5% de las fundadas por hombres; mientras el 22,5% de las empresas creadas por hombres pertenecen al sector industrial, en el caso de las mujeres, únicamente el 10,5%; el 17,8% de las empresas creadas por mujeres son únicas en el mercado; pero solo el 14,5% de las mujeres emprendedoras innova en productos o servicios, mientras que el 17,6% de los hombres lo hacen.