Si para disfrutar de nuestras vacaciones hemos realizado vuelos transoceánicos, en los que saltamos sobre varias zonas horarias, se va a producir una alteración de nuestro ritmo circadiano, que es el que regula el ciclo de sueño y vigilia. Este trastorno es el síndrome de cambio rápido de zona horaria, que popularmente se conoce como jet lag.

Este problema no se produce en un grado muy alto si viajamos en dirección Este-Oeste. Por ejemplo, de Madrid a Cancún. «Normalmente no habrá problema, simplemente nos acostaremos algo más tarde, como un día en que salimos de fiesta hasta las tres de la mañana, y al día siguiente nos despertamos al mediodía y reajustaremos nuestro horario fácilmente», explica el doctor Mauricio Díaz Sardi, neurofisiólogo de la Asociación Española del Sueño (Asenarco).

El problema surge, a la vuelta, de México a Madrid, o cualquier desplazamiento Oeste-Este, ya que “nos tendremos que acostar sin sueño y levantarnos más pronto de lo normal”.¿Se puede evitar?

“Para evitar el jet lag hay que tener una buena organización de hábitos, no afecta tanto cuando se siguen unos horarios regulares”, dice Ana Mª Santos, psicóloga de Asenarco. “Si eres organizado con tus horarios, y no tienes habitualmente problemas para conciliar el sueño, puede ser cuestión de 2-3 días reajustar el reloj”, asegura la psicóloga. Su consejo: “Intentar recuperar nuestro ritmo lo antes posible, lo que ocurre es que eso es difícil si padeces insomnio. O si se genera angustia porque no te duermes y se entra en un círculo vicioso en el que da miedo irse a dormir por temor a no conciliar el sueño”, afirma. El problema es que “en vacaciones abandonamos nuestros horarios habituales, y con ello volvemos loco a nuestro organismo”.