Un Chromebit es un ‘gadget’ del tamaño de una chocolatina y que, con solo conectarse a una pantalla, una fuente de alimentación, un teclado y un ratón se convierte en un equipo con Chrome OS, el sistema operativo de Google.

En realidad, un Chromebit no es mucho más que un ordenador que solo puede ejecutar un programa: Chrome. Pero es que, hoy en día, desde un navegador web se pueden hacer un sin fin cosas, como reproducir contenido multimedia, leer y redactar documentos, editar fotos y vídeos y, por supuesto, consultar el correo electrónico, las redes sociales o visitar cualquier web.

Técnicamente, el Chromebit es bastante flojito. Su procesador, gráfica y memoria RAM no son mejor que los de un móvil de gama media baja, pero tampoco necesita mucho más. Su comportamiento es correcto con todo tipo de aplicaciones de la tienda de Chrome, aunque puede sufrir algún que otro ‘tirón’ cuando tenemos muchas pestañas abiertas. Su resolución máxima es de 1920 por 1080, lo que no lo hace ideal para pantallas de gran resolución pero es más que suficiente para convertirse en un ordenador de salón y dotar de neuronas digitales a la caja tonta. Además, aunque reproduce vídeos Full HD, el contenido de mucha calidad se le puede llegar a atragantar. En definitiva, es un diminuto PC con una muy buena relación calidad precio, pero al que tampoco le podemos pedir milagros.