Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Una vacuna cubana anticáncer, en EE. UU.

La muerte de Fidel Castro ha coincidido en el tiempo con la aprobación en Estados Unidos del primer ensayo clínico con un fármaco desarrollado y producido en Cuba.

Manifestación en La Habana tras la muerte de Fidel Castro
Manifestación en La Habana tras la muerte de Fidel Castro
Reuters

La apertura progresiva de relaciones entre Estados Unidos y Cuba de los últimos años también se ha trasladado al ámbito científico y, en octubre, la administración Obama puso las cosas más fáciles para la realización de proyectos de investigación médica entre ambos países. La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) siguió sus pasos y aprobó a finales del mes pasado el primer ensayo clínico en suelo americano de una terapia desarrollada y producida en Cuba (una vacuna para el cáncer de pulmón no microcítico), que se llevará a cabo en el Roswell Park Cancer Institute de Buffalo, en el Estado de Nueva York.


El tratamiento ha sido desarrollado en el Centro de Inmunología Molecular (CIM) de La Habana y se trata de una vacuna terapéutica denominada CIMAvax-EGF. Forma parte del conjunto de estrategias terapéuticas conocidas como inmunoterapia, o terapia biológica, orientadas a estimular el sistema inmunitario de los pacientes para hacer frente al cáncer. En el caso de CIMAvax-EGF, lo estimula a producir anticuerpos contra el EGF, el factor de crecimiento epidérmico, una proteína que promueve la proliferación celular.


Un cáncer es precisamente esto: un crecimiento celular no controlado. Algunos cánceres como el de pulmón, colon, riñón, o los de cabeza y cuello, tienden a sobreexpresar (a sobreproducir) receptores para el EGF (EGFR) y ello contribuye a la proliferación descontrolada de las células tumorales y es indicador de un peor pronóstico. Entre un 40 y un 80% de los cánceres de pulmón microcítico sobreexpresan EGFR. En los últimos años se han desarrollado distintas estrategias para bloquear la activación de los receptores EGF y así frenar la proliferación celular. La mayor parte usan anticuerpos monoclonales dirigidos contra el receptor de EGF (como certuximab o panitumumab) o pequeñas moléculas (como lapatinib, erlotinib o gefitinib) que inhiben la actividad quinasa del receptor y, por lo tanto, la vía de señalización que se activa en el interior de la célula cuando el EGF se une a su receptor.


Los investigadores cubanos pensaron en una estrategia alternativa para frenar la proliferación celular: en vez de bloquear al receptor se centraron en intentar estimular el sistema inmunitario para que este atacara al EGF. Para ello, utilizaron el conocimiento previo de sobre una proteína, la p64k de la bacteria responsable de la meningitis, Neisseria meningitis. En estudios realizados en Cuba en los ochenta, en los que se investigaba para desarrollar una vacuna para prevenir la meningitis, se descubrió la alta capacidad de la p64k para estimular una reacción del sistema inmunitario. Para desarrollar CIMAvax-EGF, los investigadores del CIM unieron químicamente p64k al EGF. De esta manera, en la reacción inmune que se produce cuando se administra CIMAvax-EGF a los pacientes, se producen los deseados anticuerpos contra EGF. La idea es que los anticuerpos anti-EGF impidan que este se una a sus receptores en las células cancerosas, y así que estas puedan recibir la señal que las induce a crecer y a dividirse. De esta forma se ralentiza el crecimiento del cáncer.


CIMAvax-EGF ha sido evaluada en dos estudios clínicos realizados en Cuba. El primero, un ensayo de fase II con 80 pacientes publicado en el 'Journal of Clinical Oncology', mostró una buena respuesta anti-EGF en un 51,3% de los pacientes a los que se les administró la vacuna, una reducción importante de los niveles de EGF en sangre en el 64,3% de los casos y una mayor supervivencia de los pacientes con mayor reducción de los niveles de EGF. El segundo, un ensayo de fase III en el que participaron 405 pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (entre 4 y 6 meses después de haber recibido la quimioterapia de primera línea), publicado en 'Clinical Cancer Research', mostró que los pacientes que habían recibido CIMAvax-EGF presentaban una mejoría significativa en la supervivencia global mediana en comparación con los pacientes control que recibieron la mejor atención de apoyo (12,4 meses versus 9,4 meses). Los investigadores también observaron que la supervivencia media era mayor en los pacientes vacunados que, al inicio del estudio, tenían concentraciones más altas de EGF.


La colaboración del Roswell Park Cancer Institute con los investigadores del CIM de La Habana, que empezó en 2011, dio un importante paso adelante con una misión comercial en Cuba liderada en abril de 2015 por el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo. Entonces empezaron los trabajos para poder llevar a cabo un estudio clínico con CIMAvax-EGF en suelo americano, que han culminado con la reciente aprobación del estudio por parte de la FDA. En este se evaluará el tratamiento combinado de CIMAvax-EGF con otro fármaco nivolumab, que bloquea el sistema con el que las células tumorales evitan ser atacadas por el sistema inmunitario. Con ello se pretende aumentar la eficacia del tratamiento.


Antes del estudio clínico, ha habido distintos casos de pacientes americanos que han hecho el viaje a Cuba para ser tratados con CIMAvax-EGF y que, cuando volvían a Estados Unidos, llevaban consigo de contrabando dosis de la vacuna para poder continuar el tratamiento en su país. La apertura de relaciones entre ambos países debería permitir, por una parte, una colaboración que esperemos sea fructífera entre equipos de investigación de ambos países y, por otra, facilitar el acceso de los pacientes a una terapia con la que ya han sido tratados 4.000 pacientes en todo el mundo y que ya ha sido aprobada en Bosnia-Herzegovina, Colombia, Cuba, Paraguay and Perú.

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