Estadísticas

Vivimos en la sociedad de la estadística, traducimos a modelos matemáticos, números y porcentajes hasta lo cotidiano, pero afortunadamente nuestra realidad es mucho más compleja.


Recuerdo a un decano de la Facultad de Medicina de Zaragoza -Luis Franco- advirtiendo siempre de tal distorsión:"Si fuera cierto que sufrimos tantos enfermedades como dicen las estadísticas, no quedaba español sano", sentenciaba. La reflexión viene a cuento de la multitud de estudios que abordan los comportamientos de la juventud.


Me pasa como al doctor Franco. Si agregamos todas las estadísticas que ven la luz sobre los jóvenes aragoneses (se inician en el alcohol, el tabaco y los porros antes que el resto de los españoles, por supuesto consumen más que ellos, agreden a los profesores, acosan a sus compañeros...) estaríamos ante una juventud podrida.


No es así: tenemos ante nosotros a las generaciones mejor formadas y a muchos chavales comprometidos y solidarios a los que esta sociedad no ha sabido integrar y recompensar. Esa es la injusta realidad, sin necesidad de encuestas ni estadísticas