Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Podría un astronauta sobrevivir con lo puesto y poco más en Marte?

Hoy comenzamos una serie de artículos que miran desde el punto de vista científico la película 'The Martian', la odisea personal de un astronauta convertido en Robinson Crusoe, alias MacGyver, en Marte.

La película 'The Martian' se estrenó en 2015.
La película 'The Martian' se estrenó en 2015.
Twentieth Century Fox / Scott Free

Año 2035. El astronauta Mark Watney (Matt Damon), de la misión Ares 3 en Marte, es dado por desaparecido durante una virulenta tormenta de arena. Utilizará todo su ingenio para sobrevivir en el inhóspito Planeta Rojo a la espera de la misión Ares 4 que debería llegar… cuatro años después. Así da comienzo su odisea personal, magníficamente ambientada en nuestro vecino planetario, narrada en el filme 'The Martian' (2015), del director Ridley Scott. Está basado en la primera novela del ingeniero informático Andy Weir. Marte, como el espacio, la última frontera…


¿Podría un astronauta sobrevivir con lo puesto y poco más en Marte? No ha ocurrido nunca antes, así que no hay manera de saberlo con certeza. Pero la ciencia es especulación (razonada) así que unos cuantos argumentos permiten afirmar que no es descabellado. Difícil, pero no imposible. Si el astronauta Mark Watney hace todo lo que relata en su diario (en la novela está muy bien detallado y explicado), funciona (no se han cultivado patatas en Marte con la única ayuda de abono humano) y le acompaña la buena suerte (sufre unos cuantos percances: reacción química para obtener oxígeno que acaba en una explosión; el vehículo que conduce hasta el cráter Schiaparelli vuelca al patinar las ruedas por la pendiente arenosa del cráter, etc.), podría, sin duda, sobrevivir más allá de sol 549 de estancia en el Planeta Rojo (original unidad de medida que utiliza en su diario para contar los días desde su aterrizaje. Un día marciano tiene una duración mayor que el día terrestre: 24 horas y 37 minutos).


Cuenta, además, con muchos medios técnicos a su disposición: la maquinaria de su propia misión, la Ares 3 y los restos de misiones anteriores como la sonda Mars Pathfinder y el rover Sojourner que se posaron en suelo marciano en 1997. Solo que no están pensados para mantener con vida a un astronauta. Pero cual MacGyver moderno y buen ingeniero que es, y la inestimable ayuda de los 'cerebritos' de las agencias espaciales estadounidense y china, sabe adaptarlos para que le sirvan: modificación del Hab (habitáculo de superficie donde los astronautas desarrollan su actividad) para plantar patatas; uso eficiente de los paneles solares para obtener energía eléctrica; desmontaje de la VAM (vehículo de ascenso desde Marte) para poder despegar en condiciones e ir al encuentro orbital con la nave Hermes, etc. Gracias a ello logra sobrevivir este Robinson Crusoe vestido de astronauta.


Manuel Moreno Departamento de Física de la Universidad Politécnica de Cataluña

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