Tremendamente solo e infinitamente pequeño. Así es como nos sentiremos al enfrentarnos a uno de los juegos más ambiciosos de todos lo tiempos. ‘No man’s sky’ es una aventura inmensa que ofrece al jugador la posibilidad de descubrir y explorar millones de mundos a lo largo de un universo digital de dimensiones colosales.

Cada explorador vivirá una experiencia única, pero todos empezaremos de la misma forma, despertando en un planeta solitario, en una galaxia desconocida y en un extremo del universo. Un vehículo espacial yace averiado a nuestro lado, repararlo parece un buen comienzo para nuestra aventura y nos llevará a conocer unos de los pilares básicos de este juego: recoger recursos para mejorar la nave, la pistola y el traje que nos acompañaran y protegerán en el viaje hacia el mismísimo centro de la galaxia.

Una vez reparado el vehículo podremos alzar la vista hacia las estrellas y comenzar a viajar por este universo infinito. Cada planeta que visitemos, generado de forma aleatoria, tiene sus propias especies animales y vegetales, que como descubridores tendremos el privilegio de renombrar a nuestro antojo. Muchos son yermos, áridos o gélidos, inhóspitos y venenosos, con radiación o temperaturas extremas que irán menguando la protección de nuestra coraza.

Con los excedentes de los materiales que vayamos acumulando, podremos comerciar con los extraños seres de lenguaje indescifrable que iremos encontrando por el camino y, cuando nuestra cartera contenga los créditos suficientes, comprar naves más veloces o reparar aquellas que encontremos abandonadas por el camino, añadiendo armas y escudos que nos permitiràn defendernos de los piratas espaciales o, si así lo decidimos, convertirnos nosotros mismos en uno de ellos.

Pero cuidado, ‘No man’s sky’ no es un ‘shooter’ o un juego de batallas espaciales. Si andas buscando acción, adrenalina y plomo este no es tu juego. El 90% del tiempo lo pasarás descubriendo, observando y dando nombre a todo aquello que vayas encontrando. Es una aventura que marca su propio ritmo, pausado y solitario, porque así es como se debe sentir un explorador espacial ante la inmensidad del universo.

Tampoco es un multijugador, en el sentido estricto. Cuando encontramos un nuevo planeta podremos darle el nombre que queramos (siempre que no se ‘ofensivo’) y registrarlo, de tal manera que, si alguien lo visita más adelante, verá el nombre que le hemos puesto. Pero encontrarse con otro jugador es hoy por hoy imposible, lo que refuerza el sentimiento de soledad que acompaña al aventurero en todo momento.

A pesar de sus limitaciones actuales, ‘No man’s sky’ es una aventura inmensa en la que es sencillo dejarse llevar durante horas descubriendo, recolectando, comerciando y optimizando, para una vez más dar un salto a las estrellas y volver a descubrir.