Gear IconX, zancadas desatadas

La tecnología está desatada. La miniaturización y protocolos inalámbricos como el bluetooth (que está a punto de llegar a su versión 5.0) permiten maravillas que antes solo aparecían en películas de ciencia ficción -vease el asistente virtual de la película 'HER'- como los Gear IconX de Samsung.

Estos auriculares inalámbricos son capaces no solo de albergar hasta mil canciones en un espacio ridículo, sino también contar nuestros pasos y tomarnos el pulso directamente en la oreja. Y todo ello, sin molestos cables.

La gran virtud de los IconX es también su principal debilidad. Llevarlos es como ponerse en la oreja un pedazo de futuro, un producto realmente innovador con margen para las mejoras que tiene pinta de ser el primero de muchos.

Estos auriculares se conectan al móvil a través de bluetooth y reproducen cualquier sonido que salga de él -canciones, radios digitales, podcast...- y se pueden usar también para realizar llamadas con cualquiera de los dos auriculares, pero solo con uno de ellos. Son cómodos y seguros, con adaptadores para diferentes tamaños desde orejitas a orejones. Una vez encajados no se menean. Andando, corriendo o saltando, durante las pruebas no se nos han caído ni una vez.

Los IconX se pueden usar en pareja o individualmente (un buen truco para que su batería, algo escasa, dure el doble) y cuentan con un modo que reproduce el sonido ambiente captado por el micrófono, pero ojo, no es un audífono y solo reproduce sonidos que estén realmente cerca.

Los IconX cuentan también con 4 GB (3,5 si descontamos el software) de almacenamiento para reproducir música de manera totalmente autónoma. Es increíblemente cómodo salir a correr sin necesidad de llevar el móvil y sin estar atado por el cable los auriculares.

Además, cuando se usan como gadget deportivo se convierten en un chivato que cada kilómetro (este intervalo se puede modificar en las opciones de la 'app') detalla el ritmo de la carrera, la distancia, la frecuencia cardiaca, la duración total y las calorías, gracias a los sensores de movimiento y pulso, de forma aceptablemente precisa.

Su principal hándicap es la batería, depende mucho de si lo usamos con o sin la conexión bluetooth pero de media dura un par de horas, pero se puede recargar (con paciencia) hasta dos veces en su funda. Toda la superficie del auricular es un control táctil fácil de usar, pero que a veces confunde órdenes como una pulsación para reproducir una canción, dos para pasar a la siguiente o deslizar para subir o bajar el volumen.

Funda. Tiene la longitud de una tarjeta y el grosor del diámetro de una moneda de 2 euros. Cabe cómodamente en el bolsillo pero es algo voluminosa. Se recarga a través de micro USB.

Compatibilidad. Se conecta por bluetooth con móviles Android (versiones superiores a 4.0). Se pueden añadir canciones a través de aplicaciones para teléfonos Samsung y también conectando la funda a un PC o a un Mac.

Indicadores LED. Se ponen verdes cuando los auriculares y la funda se encuentran completamente cargados. Se echa en falta un indicador más preciso con varios LED que muestren una progresión y no solo 0 o 100.