Tercer Milenio

En colaboración con ITA

¿Buenas noticias para las vacas?

En los años setenta, unos investigadores estadounidenses propusieron reciclar el papel como alimento de ganado. Al fin y al cabo, los rumiantes (con ayuda de algunas bacterias) pueden digerir la celulosa. ¿Es posible? ¿Puede llegar a ser rentable?

El consumo de vacuno, cada vez más consolidado
El ganado vacuno es capaz de aprovechar la celulosa gracias a unas bacterias que viven en su aparato digestivo
Heraldo

Carta al director:

Las vacas y la prensa


Un grupo de investigadores estadounidenses estudian un sistema de alimentación vacuno a base de periódicos enriquecidos con algunas sustancias nutritivas. Limpio el papel de tintas y reducido a celulosa pura –aseguran– se le da a la masa resultante forma de píldoras, las cuales, mezcladas con la comida, las vacas se las comen normalmente. Halagadora medida sería para la prensa , pues podría pavonearse de que su producto se convirtiera en alimento físico, tras ser alimento intelectual. Y es que, de prosperar la idea, el ganado vacuno podría transformarse en el ‘lector ideal’, ya que la vaca rumiaría muy lentamente una y otra vez –tal como en ella es habitual– todas y cada una de las noticias, antes de digerirlas.


Carmen Calderón Sánchez


Zaragoza

(Publicada en HERALDO DE ARAGÓN el 31 de marzo de 2016)Tirando del hilo

Hace unos meses leí una carta al director que alababa el trabajo de unos investigadores americanos que habían logrado preparar alimento para vacas a partir de periódicos reciclados, en pastillas de celulosa. Era un texto muy metafórico y poético pero, ¿científicamente posible?


Lo primero de todo, hay que comprender de qué están hechos los periódicos. Principalmente de papel, que a su vez es una mezcla de celulosa, aglomerantes y blanqueantes.


La celulosa es un azúcar complejo muy similar al almidón, pero con una estructura ligeramente diferente. Estas pequeñas diferencias en la estructura (unos enlaces químicos algo diferentes) hacen que nosotros seamos capaces de digerir el almidón y, sin embargo, no podamos alimentarnos a base de celulosa. Por eso a veces se recomiendan alimentos con fibra para adelgazar. Porque la fibra (mayoritariamente celulosa) llena mucho pero no engorda. Podríamos comer algodón y tendría el mismo efecto.


Las vacas, realmente, tampoco pueden digerir la celulosa. Pero, como no tienen otra forma de obtener azúcar, han encontrado la forma de aprovecharla. Se han aliado con unas bacterias que producen celulasa, una proteína que rompe la celulosa en azúcares más pequeños. Estas bacterias viven en perfecta simbiosis con las vacas en su aparato digestivo o rumen. ¡A ellas el algodón sí que les alimenta!


Entonces, parece posible eso de reciclar los periódicos. Igual podemos aprovechar todas las encuestas electorales de los últimos doce meses para algo útil. ¿O no? Carlos Castrillo, Catedrático de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, no está del todo de acuerdo. En principio, podríamos alimentar a las vacas con papel de periódico –de hecho, era algo común en épocas de penuria–, pero las vacas necesitan más nutrientes. «Habría que añadirle saborizantes, así como proteínas, minerales y vitaminas», nos cuenta el profesor Castrillo. Estos nutrientes sí que pueden obtenerse del forraje tradicional. Y aún así, suelen necesitarse suplementos ricos en proteínas, generalmente derivados de la soja, para que las vacas sean capaces de producir las ingentes cantidades de leche que demanda el mercado. Según Castrillo, «hemos creado supervacas capaces de producir un volumen de leche 7 veces mayor de lo que es natural», y no ha sido precisamente alimentándolas a base de papel de periódico.Aprovecharlo todo

Investigando un poquito más, descubrimos lo que pudo ser el origen de la carta que motivó este artículo. Allá por los años noventa, cuando en Estados Unidos apenas se reutilizaba el papel, un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois descubrieron un método para aprovecharlo. Tratando el papel de periódico con ácido clorhídrico y peróxido de hidrógeno concentrados (salfumán y agua oxigenada para los amigos) eran capaces de obtener un preparado que las vacas digerían bastante bien. Aún así, estaba bastante lejos de ser tan nutritivo como la paja. Pero, al menos, conseguían aprovechar un material que, de otro modo, acabaría acumulado en vertederos.


Para resolver las pocas dudas que nos quedaban, hemos contactado con el autor principal de este estudio, Larry Berger, que actualmente es catedrático de Nutrición Animal en la Universidad de Nebraska. Berger dice que «no está al corriente de que se estén desarrollando tecnologías» como las pastillas que se mencionaban en la carta. En cualquier caso, de ser así, está de acuerdo con el profesor Castrillo en que habría que añadirles algo más para hacerlas no sólo nutritivas, sino también apetecibles. «Además –añade–, actualmente no tendría ninguna ventaja económica. Cuando investigábamos sobre esto, apenas se reciclaba el papel en EE. UU. y todo iba a parar a vertederos. Ahora hay formas de alimentar a las vacas que son mucho más baratas». Según Berger, el coste del tratamiento químico del papel superaría con creces al valor energético obtenido. «Hay alternativas mucho más económicas», concluye.


En resumen, parece que sí son buenas noticias para las vacas. Van a poder disfrutar de nutritivos desayunos de hierba y pienso mientras leen las últimas noticias. Celulosa aparte, seguro que es mucho mejor que comérselas. Tanta guerra, tanta crisis y tanta política… no tiene que ser nada fácil de digerir.

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