Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Viajar a Marte en persona, un desafío en el horizonte

Las 50 sondas robóticas enviadas a Marte por diferentes países a lo largo de los últimos 40 años han recopilado información suficiente para comprender los gigantescos desafíos que supone un viaje tripulado al Planeta Rojo. La Nasa asegura que se encuentra más cerca que nunca de enviar astronautas hasta allí y ya ha trazado un plan. Pero la envergadura del desafío hace pensar que solo podrá ser fruto de la cooperación internacional.

Una escena de exploración de los territorios marcianos, recreada por los artistas de la Nasa.
Una escena de exploración de los territorios marcianos, recreada por los artistas de la Nasa.
Nasa

La decisión de comenzar a dar los pasos necesarios para que los seres humanos puedan pisar la superficie de Marte es un desafío político, económico y tecnológico de tal envergadura que, por su alta complejidad y peligros, viene sufriendo demoras desde 1969, año de la llegada del primer ser humano a la Luna.


Y aunque existe un total consenso internacional respecto a que el reto es de tal magnitud que ninguna nación está en condiciones de afrontarlo por sí sola, ni mucho menos son coincidentes los puntos de vista de los países que van a ser sus principales protagonistas.


La Nasa, la agencia espacial de Estados Unidos, propugna que los países interesados en participar en esta aventura sin precedentes se adhieran a sus planes y asuman su indiscutible liderazgo.


En cambio, Roscosmos, la agencia espacial federal de Rusia, apuesta por establecer un comité de dirección colectivo, en donde estén representados todos los participantes, a semejanza de como se gobierna el funcionamiento de la Estación Espacial Internacional (ISS), el extraordinario laboratorio mundial que orbita a 370 kilómetros de la Tierra.


«El viaje a Marte será la exploración más complicada que jamás haya llevado a cabo la humanidad», asegura Jonatan Peris, ingeniero zaragozano de 32 años apasionado de Marte y autor del libro ‘¿Podemos viajar a Marte?’. Subraya que «llevar astronautas hasta la superficie de Marte solo será posible si es el resultado de la cooperación internacional». En su opinión, si hacemos del Planeta Rojo un objetivo, «millones de nuevos científicos crearán nuevos inventos, comenzarán nuevas investigaciones, se abrirán nuevas industrias y podríamos llegar en la década de 2030».Próximos pasos

Tanto rusos como norteamericanos tienen sus propios planteamientos. Pero ha sido la Nasa la primera en hacer oficial su propuesta. El pasado mes de octubre, a un año de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Barack Obama dio luz verde al documento bautizado como ‘El viaje a Marte de la Nasa: los primeros próximos pasos en la exploración del espacio'.


Con esta iniciativa, el máximo responsable de la Nasa, el general y exastronauta Charles Bolden, afirma que la agencia espacial norteamericana se encuentra «más cerca de enviar astronautas americanos a Marte que en cualquier otro momento de nuestra historia».


Criticado por ser un mapa de ruta carente de detalles técnicos, valoraciones económicas y compromisos concretos, es la herencia que Obama deja a su sucesor en la Casa Blanca en relación con la exploración espacial. Los cálculos económicos sobre la inversión total de la aventura marciana son muy difíciles de evaluar, aunque en el cuartel general de la Nasa estiman un coste orientativo de entre 100.000 y 500.000 millones de dólares, equivalente a 88.000 y 176.000 millones de euros.


El plan de la Nasa presenta un viaje a Marte en tres etapas: ‘Exploración dependiente de la Tierra’, ‘Campo de Pruebas’ y, finalmente, ‘Actividades Independientes de la Tierra’.


Según William Gerstenmaier, administrador asociado para la Exploración Humana y Operaciones de la agencia norteamericana, con esta estrategia «se traza un rumbo, se ofrecen beneficios a corto plazo y se define una arquitectura flexible que puede acomodarse a los cambios presupuestarios, las prioridades políticas, los nuevos descubrimientos científicos, los avances tecnológicos y la evolución en los socios».


A lo largo de los últimos 40 años, tanto norteamericanos como soviéticos, y más tarde rusos y europeos, han enviado a Marte más de 50 sondas robóticas con experimentos y sistemas de detección cada vez más complejos. Los que han sobrevivido al viaje han devuelto a la Tierra datos vitales sobre el medio ambiente del planeta, lo que ayuda a comprender a qué desafíos deberán enfrentarse los astronautas y qué tipo de recursos existen allí.


La llegada de los seres humanos a Marte pretende ampliar los horizontes de habitabilidad de la especie humana en el Sistema Solar, a la vez que dar respuesta a preguntas clave sobre la vida fuera de la Tierra que desde la Antigüedad se ha formulado la humanidad ¿Marte podría ser algún día un hogar seguro para los seres humanos? ¿Qué puede enseñarnos sobre la vida en otros lugares del Cosmos? ¿Qué puede aportar sobre el pasado, presente y futuro de la Tierra? ¿Alojó en el pasado vida microbiana? ¿Se conserva esa vida hoy?

Un plan para llegar a Marte en 2043
Un equipo dirigido por el profesor Firouz Naderi, director de Exploración del Sistema Solar del Laboratorio de Propulsión a Reacción o JPL (Jet Propulsion Laboratory) de la Nasa, ha definido una estrategia para que los astronautas puedan alcanzar Marte.


En esencia, su proyecto consiste en una primera misión tripulada a Fobos –una de las dos lunas del Planeta Rojo– en el año 2033, una corta visita a la superficie de Marte en 2039 y un regreso de mayor duración para 2043.


Para conseguirlo tendría que estar a punto el cohete pesado SLS, la nave tripulada Orion, un remolcador espacial de propulsión eléctrica y módulos logísticos habitables interplanetarios y de superficie.


La misión a Fobos exigiría cuatro lanzamientos de cohetes SLS, cuyo viaje se prolongaría entre 200 y 250 días. Cuatro astronautas permanecerían unos 500 días en la órbita de la luna marciana, harían alguna incursión a su superficie y después regresarían a la Tierra en un viaje semejante al de ida.


La misión de 2039 requeriría seis vuelos de cohetes SLS. Dos astronautas navegarían por el espacio durante 200/250 días y se posarían en el Planeta Rojo para permanecer unas cuatro semanas. Después, regresarían a la Tierra.


La última fase de este plan necesitaría poner en órbita diez cohetes SLS, para llegar al planeta Marte en 2043 y permanecer en su superficie alrededor de nueve meses.

SIGUE LEYENDO
-Alcanzar Marte en tres etapas.

-Pedro Duque: "No es cuestión de cuándo, sino de dedicar ingenieros".

-¿Por qué el destino es el Planeta Rojo?

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión