El Internet de las cosas (IoT en sus siglas en inglés) consiste en tener interconectados todos los dispositivos de uso cotidiano (elementos del hogar, el coche, sensores, etc.) que interaccionan entre ellos o contigo a través de internet, por ejemplo, desde un teléfono inteligente.

Ya sea por confort (por ejemplo al poder tener domotizado un hogar y automatizarlo), por seguridad (mediante la colocación de sensores), para ahorro (al poder medir en tiempo real el gasto en agua o luz) o por otras muchas razones, cada vez hay una mayor demanda de este tipo de tecnología. Y es que se estima que en 2020 habrá más de 30.000 millones de dispositivos de IoT conectados en el mundo.

En nuestro caso, un ‘wearable’ con sensores que emite alertas a un smartphone, también se comunica con un hogar automatizado que, por ejemplo, encenderá a tiempo una luz concreta para evitar una caída. Y todo ello, sin tener que realizar obras.

¿Una tecnología solo para el cuidado de personas mayores?

¿En qué consiste un wearable?