"Si la enseñanza es atractiva, los alumnos están más predispuestos"

Premio Tercer Milenio en la categoría de 'Ciencia y tecnología en el aula'.

Alumnos del instituto Sierra de San Quílez, de Binéfar, hacen  prácticas en  el laboratorio.
Alumnos del instituto Sierra de San Quílez, de Binéfar, hacen prácticas en el laboratorio.
HERALDO

Manuel Buil Trigo, profesor de Biología y Geología del Instituto Sierra de San Quílez de Binéfar (Huesca), se preguntó un día: "¿Qué puedo hacer para que la ciencia sea una experiencia atractiva para el alumnado de Secundaria?". A partir de ese momento, Buil fue directo hacia el Premio Tercer Milenio de la categoría Ciencia y tecnología en el aula. Cuenta que su principal preocupación fue siempre "convertir la enseñanza de las ciencias en una actividad apartada de la rutina, que cada clase sea una sorpresa que deje buen sabor de boca".


¿Cómo lo consigue? "Introduciendo prácticas más divertidas al margen del temario oficial (Buil enumera algunas): los alumnos, por ejemplo, se inventan una investigación y les enseño a aplicar el método científico; o les encargo buscar noticias científicas en periódicos, revistas o Internet, exponerlas después en la clase y abrir un debate entre todos, como hicimos el otro día con la noticia de la carne y el riesgo de padecer cáncer; y procuro también colaborar con instituciones científicas que enseñan mucho a los alumnos a través de investigaciones reales", dice.


Entre los objetivos que Buil se marcó el curso pasado, están: lograr que sus alumnos valoren la importancia de la comunicación científica; que participen en concursos escolares; y fomentar la creatividad de los chavales. El profesor innovador ha observado que, cuando los alumnos se habitúan a esta actividades participativas, "muestran más predisposición para el trabajo, cogen confianza con sus propias facultades y se les ocurren cosas que yo ni había pensado. Y esto es muy bonito. A veces, incluso –ríe Buil–, tengo que pararles los pies".

El único modo

El docente, que dice no hallar facilidades ni obstáculos en su centro para la realización de estas actividades extra, está convencido de que, "solo de este modo, los conocimientos que van adquiriendo quedan asentados con firmeza en el bagaje cultural del alumno; y, prosigan o no con estudios científicos, valorarán la investigación como algo importante en sus vidas". Buil ha obtenido ya algunos resultados elocuentes: sus alumnos ganaron el concurso 'Cristalización en la Escuela', el de 'Nanocristalización de Aragón', ambos de la Universidad de Zaragoza, el de 'Reporteros en la Red' del Laboratorio Virtual de Ibercaja, el de 'Ciencia Ciudadana' del BIFI e Ibercivis y el de 'Medio Ambiente 2015' del Ayuntamiento de Binéfar.


Con esta relación de premios y con la "motivación" que, dice Buil, suponen para los alumnos, este profesor inconformista, emprendedor y amante de las ciencias demuestra que, "con voluntad, hay tiempo para todo; siempre se encuentra un hueco en el temario para hacer, con estas actividades prácticas, más atractiva la ciencia".  ?ACCÉSIT / La tienda ecológica


Química para olvidarse del recreo. 'La tienda ecológica' es solo una parte de un gran proyecto de vida: el de Olga Valiente, profesora en el Instituto Corona de Aragón de Zaragoza, que enseña Química a alumnos de diversificación (4º ESO) a través de la elaboración de jabones que luego venden. Su objetivo: "Sorprender a los alumnos, despertar su curiosidad, motivarles y que ellos sean protagonistas de su propio aprendizaje". 'La tienda ecológica' ha recibido un accésit de los Premios Tercer Milenio en la categoría Ciencia y tecnología en el aula' y está llamada a vivir muchos años. "Es ya un clásico en el instituto", ríe la docente.


Fabricando jabones de manos, jabón de tajo, bombas efervescentes de baño, sales aromáticas..., los estudiantes de diversificación "se olvidan hasta del recreo", dice Valiente. Aprenden reacciones químicas, comportamiento de reactivos, estectiometría..., "y todo ello con métodos tradicionales. Así ven que la Química está en nuestra vida cotidiana". Pero el proyecto de Valiente va más allá: "Los alumnos aprenden a repartir tareas y unos se encargaran de traer las materias primas, recicladas, otros diseñan la presentación del producto, están los encargados del márquetin, la publicidad y las finanzas, pero todos elaboran los productos". La profesora está muy orgullosa de sus alumnos, que llegan a ser "personas formadas e informadas". ?ACCÉSIT / Ciencia viva


También en el mundo rural. Que institutos e investigadores trabajen juntos hoy en numerosos proyectos y que, así, la divulgación científica esté asegurada en las aulas de Secundaria se debe, también, al buen hacer de Ciencia Viva, el programa de Educación del Gobierno de Aragón que ha obtenido un accésit de los Premios Tercer Milenio en la categoría Ciencia y tecnología en el aula. José Luis Cebollada coordina Ciencia Viva y cuenta que la tendencia ha sido "ir haciendo todas las actividades más prácticas, que los chicos visiten los centros de investigación y que experimenten todo ellos mismos". El curso pasado estrenó colaboración con los institutos de Investigación en Ingeniería, de Ciencia de Materiales y de Síntesis Química y Catálisis Homogénea y con la empresa Ariño Duglass. Con ellos diseñó talleres de óptica para Primaria y de fotónica para Secundaria, la actividad 'Química por narices', con un kit que explica el fundamento químico del olor, y otro taller de magnetismo, con los imanes de protagonistas. "Hay un componente emocional muy fuerte en el contacto directo con los investigadores", por lo que Cebollada da por segura la "sensibilización de los estudiantes hacia la ciencia". Y otro tanto a su favor: sus formatos pequeños y fáciles de transportar permiten llevar las actividades a los centros educativos del medio rural, que son la mayoría.


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