La reacción de los niños, clave ante intentos de secuestro

Los cuerpos de seguridad señalan que el suceso ocurrido este fin de semana en Cuarte es una excepción.

Imagen de archivo de las fiestas de Cuarte de Huerva
Imagen de archivo de las fiestas de Cuarte de Huerva
Aranzazu Navarro

El pasado sábado la Guardia Civil detuvo a un joven de 24 años de edad después de que intentara llevarse por la fuerza a una menor de nueve años en Cuarte de Huerva. Los hechos ocurrieron en las ferias, en medio del fin de semana festivo de la localidad. Un ambiente concurrido y bullicioso que aunque muchas veces suele ser el entorno más problemático para controlar a los menores en este caso fue vital para evitar que este caso fuera a mayores. De hecho, fue la rápida actuación del gerente de una de las atracciones el que propició la huida del sospechoso, que fue detenido momentos después.


Según el relato de la Guardia Civil, el grupo de menores entre los que estaba la niña se encontraba sentado junto la atracción cuando el joven detenido se les acercó, indicándole en numerosas ocasiones a la menor que se fuera con él, algo a lo que la niña se negó en repetidas ocasiones hasta que el varón la agarró del brazo para intentar llevársela. Fue entonces cuando los gritos de la niña alertaron al feriante.


Posteriormente, tras recibir el aviso, la Policía local de Cuarte consiguió localizar al sospechoso procediendo a su detención y haciendo entrega del mismo a la Guardia Civil.


Tanto desde la Policía Local de la localidad como fuentes de la Guardia Civil aseguran que episodios como estos no son para nada frecuentes y que en este caso en concreto además no responde a ningún patrón habitual vinculado a otros casos que se han dado en otras zonas de España. El joven, del que aún no se ha confirmado qué le movió a intentar llevarse a la niña, contaba con antecedentes por delitos de lesiones, había consumido drogas antes de producirse los hechos, y llevaba un tiempo recibiendo tratamiento psicológico, lo que abre un espectro de posibilidades muy amplio a la hora de ubicar la causa que le llevó a intentar llevarse a la niña.


Con todo, los agentes destacan la reacción de la niña como fundamental. La menor reconoció sin ningún género de dudas al presunto autor de los hechos y fueron sus gritos los que avisaron en primera instancia al feriante. Unos patrones que los expertos señalan que es importante inculcar a los pequeños desde las edades más tempranas, aunque siempre razonándolo con ellos.


Pese a esto, un experimento social llevado a cabo en Estados Unidos hace unas semanas puso en evidencia la facilidad con la que un supuesto secuestrador puede convencer a un menor para acompañarle. Un famoso usuario de Youtube, Joey Salads, solicitó a varios padres acercarse a sus hijos, que estaban jugando en un parque infantil, para poner a prueba si se irían con él con la excusa de jugar con un perro blanco que le acompañaba. Los progenitores respondieron que los niños rechazarían su oferta asegurando que les habían enseñado que no se debe hablar con extraños. Sin embargo, tras acercarse a los niños y dejarles jugar con su mascota, Salads consiguió que todos los niños se fueran con él de la mano ante el asombro de sus padres.De las precauciones de siempre a la ayuda de la tecnología


Es por esto que ante situaciones de este tipo y la alarma social que producen las autoridades siempre recuerden las normas básicas, como no separarse de los menores en lugares muy concurridos, aunque esto sea limitante, así como inculcar a los menores desconfianza hacia los extraños y ayudarles a memorizar sus datos básicos o un método de contacto con sus responsable. No en vano, la mayoría de las alertas que se reciben se deben a malentendidos o a que el niño se ha desorientado, avisos que además se acentúan en el periodo estival.


Ante estos problemas, la tecnología también ha ido poco a poco añadiendo nuevos 'gadgets' que ayudan a tener a los niños controlados. Este verano el ayuntamiento de Castellón ha sido pionero al facilitar de forma gratuita a las familias que acudan a su playa una pulsera que a través de un chip proporciona los datos de contacto con sus progenitores.


Una opción, la pulsera, que también tiene una versión más avanzada 'made in' Zaragoza, la que desarrolla desde la pasada primavera la empresa Neki, surgida desde la Universidad de Zaragoza, y que a través de un sistema de 'bluetooth' conecta con una aplicación en el móvil que lanza avisos si el menor se desplaza más allá de un rango de metros prefijado por sus padres.

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