​Rock y fútbol, relación eterna

Mendieta se subió al escenario del FIB para tocar junto a Los Planetas su canción, 'Un buen día'.

Jota, de Los Planetas, durante su actuación en el FIB.
?Rock y fútbol, una relación eterna
Efe

La aparición de Gaizka Mendieta en el festival de Benicàssim con una Gibson Les Paul acariciando los acordes del tema 'Un buen día' junto a Los Planetas, creadores de un himno en el que el exfutbolista del Valencia es citado marcando 'un gol increíble', da la vuelta a una relación de amor en la que casi siempre los artistas intentaban emular a sus ídolos deportivos.


Por una vez ocurrió al revés. Fue del deportista quién intentó convertirse en artista. Lo consiguió durante unos minutos, los que Mendieta disfrutó sobre el escenario acompañado de 'Jota', líder del grupo granadino que cedió protagonismo a un amigo al que un día incluyó en uno de sus temas.


Aparte de ser un gran jugador, Mendieta siempre disfrutó con la música. Es un melómano compulsivo, colecciona vinilos, pincha cuando puede (ya lo hizo con Gasteiz Bang en Benicàssim) y en la tienda Disco Amsterdam de Valencia alucinaron un día cuando el excentrocampista del club 'ché' apareció por allí para pedir discos de The Doors y de la Velvet Underground.


Ese es Mendieta, un tipo con inquietudes diferentes a la de otros jugadores. Algunos como Esteban Granero siguen su camino, pero todavía no ha conseguido lo que el vasco logró este domingo: tocar junto a uno de sus grupos favoritos. Y, encima, hacerlo con una canción que habla sobre él.


El momento será uno de los más recordados del festival de este año. En el instante crucial, Jota cambió la letra. En vez de "Mendieta ha marcado un gol realmente increíble", cantó "Mendieta tocó la guitarra de una forma de increíble". Mendieta no pudo reprimirse y dio unos saltos para perder la timidez. El público, enloqueció.


Pero eso es una rareza. Pocos futbolistas han conseguido subirse a un escenario para tocar con un grupo. Habitualmente ocurre lo contrario. Son los músicos los que se bajan al césped. Son muchos los ejemplos y variados. Algunos, como a Bob Marley, hasta pagaron con su vida.


El artista jamaicano pudo ser un fino extremo. Sin embargo, su carrera giró hacia otros derroteros. Pero el gusanillo del fútbol nunca lo perdió. Por eso, en cada una de las ciudades que visitaba para tocar, organizaba un partido con la prensa para seguir disfrutando de su deporte favorito.


El 26 de junio de 1978, en uno de esos partidos, un crítico de la revista 'Rock and Folk' pisó el dedo de uno de los pies de Marley. Con unos dolores terribles, en una clínica le detectaron un melanoma maligno y aconsejaron su amputación. La religión rastafari prohíbe eliminar partes del cuerpo y eso le costó caro.


Un par de años después, mientras corría por Nueva York, se desmayó y los médicos comprobaron que la metástasis había alcanzado al cerebro, pulmones, estómago e hígado. Marley, por no amputarse ese dedo pisoteado, falleció de cáncer poco después. En parte, fue víctima del deporte que tanto amó.


Pero no solo Marley fantaseó con el fútbol. También Elton John, que llegó a ser jugador de las categorías inferiores del Watford, club del que tiempo después se convirtió en presidente de honor. Cuando puede, se deja ver por la grada del estadio Vicarage Road.


También son fanáticos del fútbol el guitarrista y el bajista de Iron Maiden, Adrian Smith y Steve Harris, que adoran al West Ham. De hecho, en la contraportada de uno de sus discos, 'Somewhere in Time', aparece escrito la leyenda 'West Ham 7-Arsenal 3', uno de los resultados históricos del club londinense.


Rod Stewart, ex de los Faces y cantante de masas en solitario, es hincha acérrimo del Celtic escocés. No se pierde un partido. Es como el Jack Nicholson de Los Ángeles Lakers. En Celtic Park es una institución y dio la nota futbolera en varias ocasiones a lo largo de su vida: en 1989 lanzó pelotas en el estadio Nacional de Chile y acompañó a Escocia en el Mundial de Argentina en 1978. Tampoco es raro verle vestido de corto dando patadas a una pelota.


Algo más exaltados son los hermanos Gallagher de Oasis. Es muy conocida su pasión por el Manchester City. De hecho, Liam Gallagher fue expulsado del estadio Santiago Bernabéu en 2012, cuando se comportó de forma indecente durante el encuentro. Un guardia de seguridad tuvo que invitarle a salir del estadio.


La lista es aún más larga. Richard Ascroft, líder de The Verve, jugó en las categorías inferiores del Wigan; Brian May, de Queen, es un futbolero acérrimo y en 1981 tocó en Buenos Aires mientras Diego Maradona daba toques a un balón en uno de sus temas; y, hablando de Maradona, Andrés Calamaro le compuso una canción a su ídolo.


Pero en 2015 la nota no la dio ninguno de ellos. Fue Mendieta el encargado de saltar a un escenario para quitarse la máscara de futbolista y tocar con Los Planetas su canción, la que dice aquello de que pusieron la televisión, había un partido y marcó un gol realmente increíble. En Benicàssim, Mendieta marcó un golazo. El rock y el fútbol mantienen su relación eterna. 


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