Uno de los encierros más limpios de la historia reciente de los sanfermines, en el que ninguna persona ha tenido que ser trasladada al hospital, ha abierto este viernes en una calurosa Pamplona las jornadas más multitudinarias de estas fiestas, en las que se alcanzará el cien por cien de ocupación.

Los seis toros de la ganadería gaditana de Fuente Ymbro han hecho honor a la fama de reses nobles que les precedía, ya que los animales de este hierro sólo han propinado cinco cornadas en las once ocasiones que han corrido el encierro sanfermines.

Ninguna persona ha tenido que ser trasladada al hospital, y únicamente una ha sido atendida en el recorrido por una luxación, según el Complejo Hospitalario de Navarra.

Desde el año 1980, en el que comenzaron a realizarse estadísticas de personas atendidas por personal sanitario en el encierro, sólo en cinco ocasiones se ha registrado una carrera tan limpia, según datos del Gobierno de Navarra a los que ha tenido acceso EFE.

La limpieza y la nobleza de los toros han permitido el lucimiento de los mozos ante una manada disgregada y con momentos de emoción, con los corredores entre los cuernos de los astados.

El encierro, que ha durado dos minutos y veinticuatro segundos, ha comenzado con los animales agrupados en la cuesta de Santo Domingo, en cuyo tramo final ha comenzado a estirarse la manada.

A partir de aquí, los toros, encabezados por los cabestros, se han ido estirando hasta formar tres grupos.

El primer tramo de la calle Estafeta ha dejado uno de los momentos más peligrosos cuando un toro negro y un corredor han caído sobre el adoquín, y, mientras el animal se incorporaba sin perder el ritmo, el mozo veía desde el suelo cómo el resto de la manada le pasaba por encima.

Antes de la salida de los toros, un grupo de corredores y familiares han rendido homenaje al último joven fallecido en los encierros, Daniel Jimeno, en el sexto aniversario de su muerte, con la colocación de un ramo de flores junto al poste del vallado donde tuvo lugar la cogida.

Pamplona atraviesa el ecuador de sus fiestas con una jornada calurosa, con la previsión de que el termómetro alcance durante el día los 36 grados para bajar por la noche veinte grados y quedar en dieciséis.

La ciudad afronta con este vaivén térmico el inicio de los días más multitudinarios de los sanfermines, coincidiendo con el fin de semana, una llegada "para la que todos los servicios de la ciudad están preparados", según el alcalde, Joseba Asiron.

La ocupación hotelera en Pamplona rozará el cien por cien este fin de semana, el único de los sanfermines de 2015, con lo que se cumplirán las previsiones que apuntan siempre a los días 6 y 7 y al fin de semana como los de mayor afluencia de foráneos a las fiestas, que en conjunto llenarán este año una media del 85 % de las plazas.

Así lo ha confirmado en declaraciones a Efe la presidenta de la Asociación de Hoteles de Pamplona, Esther Sanz.

Sanz ha advertido de que las reservas para los primeros días de las fiestas se hacen "con mucha antelación" y proceden en buena parte de personas que llegan desde el extranjero, mientras que para el fin de semana, cuando se vuelven a llenar las plazas hoteleras, llega "más gente nacional y las reservas se dan más al día".

La buena climatología reinante este año "influye en la mayor ocupación", porque "si hace mejor tiempo la gente se anima más", ha subrayado Sanz.

A la espera de la llegada masiva de visitantes, los niños pamploneses han ido a visitar a su patrón, San Fermín, en el día que el programa oficial dedica a los más pequeños, mientras que el alcalde Asiron, de EH Bildu, ha valorado la normalidad con la que transcurren los sanfermines "más allá de llamadas, repiques de campanas y demás", en alusión a la polémica abierta por el izado de la ikurriña en el balcón consistorial el día del chupinazo.