Ascot, el hipódromo de las pamelas extravagantes

La reina de Inglaterra asistió junto a su marido a la primera jornada del Royal Ascot. Durante cinco días, cerca de 300.000 personas asistirán a las carreras de caballos.

Uno de los tocados que se lucían este martes en Ascot
Uno de los tocados que se lucían este martes en Ascot
Reuters

La reina Isabel II asistió a la primera jornada del Royal Ascot, la competición hípica que cada año congrega a lo más selecto de la sociedad británica y cuya seña de identidad son las extravagantes pamelas que acostumbran a lucir las mujeres.


Durante cinco días, cerca de 300.000 personas pasarán por el hipódromo de Ascot, una de las propiedades de la Corona británica al sur de Inglaterra.


La soberana, de 89 años, y su esposo, el duque de Edimburgo, de 94, aparecieron en el recinto en una carroza, como hacen durante cada una de las jornadas del Royal Ascot, acompañados en esta ocasión por el príncipe Enrique y el duque de York.


La reina lució un traje de color rosa intenso y, como es habitual, un sombrero a juego, mientras que el duque vestía un traje de levita gris.


En un día primaveral, soleado y con una temperatura de unos 22 grados, el príncipe Carlos de Inglaterra y su mujer, la duquesa Camilla de Cornualles, acudieron asimismo en carroza a la cita, él con un sombrero de copa negro y ella con una pamela verde claro.La afición a las carreras de la reina

Los tocados imposibles de las mujeres que acuden al hipódromo compitieron una vez más en protagonismo con las carreras de caballos, por las que la reina tiene una especial afición.


En 2013, uno de sus purasangre, bautizada como Estimate, ganó por primera vez la prueba más importante del Royal Ascot, la Gold Cup, reservada a los caballos con más de cuatro años de edad y que nunca había sido conquistada por un animal propiedad de un monarca británico en 207 años de historia.

En un texto impreso en el programa oficial del Royal Ascot, la reina se mostró "emocionada" por asistir un año más a este "maravilloso espectáculo" hípico.


"Cuando comenzó el milenio, el Royal Ascot era un asunto meramente europeo, pero ahora compartimos este maravilloso espectáculo con el mundo entero", dice la reina en esa presentación.


"Me produce un enorme placer escuchar cómo la comunidad hípica está esperando que llegue el Royal Ascot. Conozco la emoción que supone participar como propietaria de uno de los caballos que compiten", dijo la monarca, que deseó "suerte" a todos los demás participantes.


Tras asistir a la primera carrera de la jornada, Isabel II desveló una estatua de bronce en honor al caballo Frankel, cinco veces ganador en el hipódromo de Ascot.