​Banksy, ganga en Gaza

?Un gazatí vende por 162 euros una obra del enigmático grafitero británico.

El 'bansky' vendido
?Banksy, ganga en Gaza
AFP

Un 'banksy' por 160 euros es mucho más que una ganga. La cotización de los grafitis del enigmático y global artista callejero rompió hace tiempo la barrera del millón de dólares. Pero un espabilado colega gazatí ha logrado rapiñar una de las tres intervenciones que Banksy 'regaló' el verano pasado en Gaza. Lo ha hecho con muy malas artes, pagando una miseria a sabiendas de que se hacía con un tesoro. Estaba en la puerta de una casa devastada por las bombas cuyos dueños ignoraban el valor de la pieza.


Banksy se dejó caer el verano pasado por la franja. Lo hizo, como acostumbra, en secreto. En su apocalíptico paisaje repartió con sigilo sus críticos grafitis. Pero el artista certificó en un vídeo la autoría de tres obras pintadas en otras tantas casas destruidas por la aviación israelí. El jugoso negocio estaba servido y Bilal Khaled, grafitero y periodista, se llevó el 'banksy' al agua con las perores artes.


Estaba pintado en la puerta de hierro de una paupérrima vivienda derruida por los bombardeos israelíes, propiedad de Rabea Darduna. Banksy representó a la griega Níobe, reina de Tebas e hija de Tántalo, devastada a su vez por la pena. Khaled la compró por la módica suma de 700 shekels -unos 162 euros-, cuando se ha pagado casi un millón de euros por algunas obras del enigmático artista británico que es, se supone que a su pesar, carne de subasta.


El desinformado vendedor, padre de seis hijos, se tira de los pelos tras saber que regaló una obra que podría haberle reportado una fortuna. Tiene 33 años y explica con rabia que la pintada se la llevó "un joven que aseguró ser periodista y fotógrafo" y que dijo "que su agencia había hecho el grafiti en mi puerta y en otras y que deseaba recuperarlos". "Me engañó. Yo no conocía el valor del grafiti. Mi casa fue destruida y debía pagar el alquiler, necesitaba el dinero y acepté venderle la puerta. Me dio 700 shekels y se la llevó", acusa el golpe ahora que sabe que su paisano se la pegó. "Quiero recuperar la puerta y exponerla para que el mundo vea mi sufrimiento, como quería el artista cuando la pintó", clama Darduna.


Khaled, el comprador, ardía en el infierno de la redes sociales. Se presenta como un periodista independiente que trabajó para la agencia turca Anadolu, pero son legión quienes le llaman ladrón por "robar un bien público" del castigado pueblo gazatí. Khaled se defiende en su Facebook y dice que contó con la complicidad de Darduna "que me ayudó a despegar la puerta y a transportarla". Asegura que le mueve un noble sentimiento y no el afán de lucro "Compré la puerta para preservarla, proteger la obra y evitar su destrucción si se reconstruía la casa". Quiere también "exponerla en acontecimientos internacionales para que el mundo hable de lo que nos sucede Gaza" y no piensa venderla. Asegura que explicó a Darduna de quien era la pintura y que la compró "después de hablar con Banksy" circunstancia que el silente y ausente artista no ha confirmado.


Las pintadas de Bansky en Gaza critican la devastación causada en el verano de 2014 por una guerra en la que murieron cerca de 2.200 palestinos, en su mayoría civiles, y 73 israelíes, casi todos soldados. Sus obras son tan universalmente conocidas como desconocido es su rostro. Pero la fama del grafitero de Bristol que reparte sus vitriólicas obras por todo el mundo crece tanto como su cotización.