Muere Javier Azagra, obispo emérito de Cartagena nacido en Zaragoza, a los 91 años

Falleció en el hospital Virgen de la Arrixaca, de Murcia.

Javier Azagra (Zaragoza 1923), obispo emérito de Cartagena (Murcia), diócesis de la que fue titular de 1978 a 1998, ha muerto  a los 91 años en el hospital Virgen de la Arrixaca, de Murcia, ha informado el obispado.


Azagra estudió bachillerato con los maristas en Pamplona, donde en 1943 inició los estudios eclesiásticos, y fue ordenado presbítero en 1950.


En 1951 se licenció en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca y en 1954 en Derecho Canónico por la Gregoriana de Roma.


Fue coadjutor de las parroquias de Caparroso y Tafalla, en Navarra, de 1954 a 1958, y consiliario diocesano de JACE y del Movimiento Rural en Pamplona.


En 1965 fue vicario general de Santander; de 1967 a 1968, vicario episcopal en Málaga, y de 1968 a 1970, vicario diocesano de pastoral en Pamplona.


El 17 de julio de 1970 fue nombrado obispo auxiliar de Cartagena y el 26 de septiembre de 1978 obispo de esa diócesis, hasta que el 20 de febrero de 1998 fue aceptada su renuncia por razones de edad.


En la Conferencia Episcopal Española fue miembro de las Comisiones Episcopales de Migraciones (1972-1978) y de Apostolado Seglar (1978-1999).


Además, fue obispo responsable de la Pastoral de Juventud entre 1984 y 1999.


Es autor de las publicaciones 'Misa y catequesis', de 1958, y 'Misión de Pamplona', de 1964.


Fue nombrado Hijo Predilecto de Murcia, Cartagena y Molina de Segura, Abuelo del Año de la Región de Murcia y doctor honoris causa por la Universidad Católica San Antonio, de Murcia.


El actual obispo de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, ha destacado de él su carácter "cercano, amable y entrañable, que ha dejado huellas imborrables que apuntan al corazón".


"Era atento, disponible, leal, generoso, incansable, querido y admirado, sin tiempo para él, sino para todos los demás, y ha dejado obras que nos hablan de los necesitados, de la juventud, de la evangelización y de la caridad", según Lorca Planes.