El Deinocheirus, un dinosaurio-avestruz de seis toneladas

?Nuevos fósiles revelan que este terópodo gigante era "casi tan grande como un Tyrannosaurus Rex" y similar a las avestruces modernas.

El Deinocheirus, un dinosaurio-avestruz de seis toneladas
El Deinocheirus, un dinosaurio-avestruz de seis toneladas

Dos nuevos fósiles de esqueletos parciales del misterioso dinosaurio Deinocheirus Mirificus han revelado que este terópodo gigante "casi tan grande como un Tyrannosaurus Rex" era un ornitomimosaurio, similar a las avestruces 

modernas, según un estudio publicado en la revista Nature.


Los expertos han podido recopilar casi la totalidad de los huesos de este dinosaurio, que vivió durante el Cretácico en lo que hoy es el sur de Mongolia.


Este hallazgo "permite entender mejor la ecología de Mongolia hace 70 millones de años", afirmó a Efe el geólogo coreano Yuong-Nam Lee, del Instituto de Corea de Geociencia y Recursos Minerales (KIGAM).


Los primeros fósiles de este dinosaurio "fueron descubiertos en los años 60 por las expediciones polaco-mongolas", según el paleontólogo estadounidense Thomas Holtz, de la Universidad de Maryland.


Holtz describe al Deinocheirus como un terópodo con cierto parecido a un "dinosaurio con pico de pato", de cabeza pequeña y con unas caderas y piernas hechas más para "soportar su enorme peso que para correr".


Se trataba de un dinosaurio bípedo con unas extremidades anteriores que medían 2,4 metros de largo, incluidas unas garras de más de 20 centímetros.


El enorme tamaño de este reptil generó múltiples especulaciones durante décadas tras el hallazgo de los primeros fósiles, ya que se podía tratar del "mayor terópodo jamás encontrado".


En 2009, un equipo coreano-mongol volvió a la cantera mongola y consiguió reconstruir casi la totalidad del esqueleto.


Estos hallazgos revelaron que se podía tratar de un dinosaurio con una dieta vegetariana o mixta, más que de un depredador.


Sin embargo, faltaba por encontrar el cráneo para responder a muchas de esas dudas.


Afortunadamente, indica Holtz, el cráneo y los pies de uno de estos terópodos se encontraban en una colección privada y el paleontólogo belga Pascal Godefroit convenció en 2009 a los propietarios para ponerlos a disposición de los investigadores.