125 años de picardía

El Moulin Rouge es un uno de los locales más emblemáticos de la noche parisina.

Cartel de la película Moulin Rouge
125 años de picardía

Cuando en 1889 el Moulin Rouge abrió las puertas, su empresario sólo quería ganar dinero con un espectáculo tipo cabaret. A buen seguro no calibró fue que la sala se convirtiera en un símbolo de París y que 125 años después son miles los turistas que durante su estancia en la capital francesa hace una escala, aunque no entren, ante la fachada del mítico local, edificio construido por el español Joseph Oller, en el bulevar de Cliché, al pie de la barriada de Montmarte.


Eran otros tiempos. El cabaret como actualmente se conoce no existía, pero hombres solos y parejas llenaban todas las noches las mesas del Moulin Rouge -Molino Rojo en español- para disfrutar una divertida danza, en la que las bailarinas levantan las faldas para mostrar sus piernas medio vestidas con unos pícaros pololos. La cinta con que se ajustaba la prenda al muslo era el reto de muchos caballeros de la acomodada sociedad europea que, por una noche, buscaban emociones lejos de casa. El afamado empresario del espectáculo inglés Charles Morton llamó a aquel osado baile el 'cancán francés', lo que se quedaba corto, dado que moverse a ese ritmo requiere no solo fino oído musical, sino de una fortaleza física y de en equilibrio encomiable.


Cuenta la historia del Moulin Rouge que el entonces príncipe de Gales y luego rey Eduardo VII acudió a la sala un 26 de octubre de 1890. Allí fue desafiado por una de las bailarinas que, mostrándole sus pololos, le espetó "¿me pagas un champán?".


Sin embargo, fue en 1893 cuando, por primera vez en el mundo 'decente' una reputada sala sacó a bailar desnudas a un grupo de señoritas. Aquello fue el acabose. El 'Bal des quat'z'art' -que así se llamaba el baile- garantizó los llenos. Eran los albores del destape, casi un siglo antes de las películas de Esteso y Pajares en España. Allí debutó la primera vedette mundial, Germaine Aymos, toda una estrella del deseo.


Dos guerras mundiales, la invasión nazi, nada pudo con el Moulin Rouge. Fue inspiración de pintores como Toulouse-Lautrec. Por su escenario han pasado los grandes de la canción y el espectáculo del siglo XX como Charles Aznavour, Yves Montand, Ella Fitzgerald, Giner Rogers, Frank Sinatra, Peter Ustinov o la misma Liza Minnelli que inmortalizó este mundillo en la película 'Cabaret'. 


La sala ha sido protagonista de decenas de películas, entre las que destacan las de John Ford, con la sensual Zsa Zsa Gabor de primera estrella, y la de Baz Luhrmann, protagonizada por la ex de Tom Cruise, Nicole Kidman.


El Moulin Rouge acoge cada año a unos 600.000 espectadores. Según AFP, La sala que emplea a 450 personas tuvo en 2013 un volumen de negocio 65 millones de euros.